Han sido más de dos años, en concreto 1.010 días con la obligatoriedad de ponernos la mascarilla cada vez que cogíamos el metro, el autobús o el tren. Hoy esa obligatoriedad llega a su fin y hay quien en las primeras horas de la mañana lo ha puesto en práctica.
"Teníamos ganas, se nos ha hecho largo", reconoce Egoitz, conductor de Bizkaibus. Y es que los conductores han sido uno de los colectivos que más horas ha tenido que llevar puesta la mascarilla. "Al principio llevábamos la FFP2 que era una armatroste", recuerda y señala que el verano, con tanto calor, "se hizo largo".
Entre los pasajeros, una mayoría ha optado por desprenderse desde primera hora de la mascarilla en el transporte mientras que otros optan por la prudencia y como ya ocurrió en otros momentos de la pandemia, han decidido llevarla unos días más.
Pero también hay quienes distinguen entre los transportes y piensan quitársela en el tren pero, no en el autobús.
"Yo en el tren me la voy a quitar porque hay más espacio pero en el autobús que estamos todos juntos y va lleno, la voy a seguir llevando", comentaba una pasajera de Cercanías Renfe.
Sin que esta prenda forme parte de nuestra vestimenta diaria, habrá a quien pongamos cara por primera vez. En general nos dice Egoitz que no ha tenido que "reñir" demasiado a los pasajeros. La gente ha sido "muy educada" a excepción de los cuatro de siempre que no quieren cumplir las normas.
Dónde seguirá siendo obligatoria
Para que nadie se despiste recordamos que la mascarilla ya no será obligatoria en el transporte pública, las ópticas, ortopedias y los centros de audioprótesis.
Sí será obligatoria en hospitales, ambulatorios, clínicas, la consulta del dentista, el fisioterapeuta, las clínicas de estética y las farmacias. La mascarilla seguirá además presente en las residencias pero en este caso no para los residentes sino para los trabajadores cuando estén en contacto con ellos y para las visitas en las zonas comunes.