Estrada Fernández, el árbitro del Colegio Catalán que dirigió el 3 de abril de 2021 la final de la Copa del Rey entre Real Sociedad y Athletic, reconoció este domingo que debió castigar con penalti una clara mano cometida por Iñigo Martínez, aún con 0-0 en el marcador. La acción, repasada tres años después, no genera "ninguna duda" al ya retirado trencilla ilerdense, quien sin embargo especifica que las imágenes más aclaratorias no corresponden a las cámaras del VAR.
El periodista experto en arbitraje Andoni Otxotorena interpeló este mismo domingo a Estrada Fernández en la red social X (antiguo Twitter) para consultarle sobre la jugada en cuestión. El colegiado de la final tardó unas diez horas en responder, pero lo hizo de forma rotunda. "Ninguna duda", comenzó señalando en relación a la pregunta, que le cuestionaba sobre si tuvo dudas a la hora de juzgar la acción. "Este tipo de manos son punibles. La imagen no es del VAR. De haberlo sido, era una intervención clara".
Estuvo en lo cierto Estrada Fernández a la hora de realizar la puntualización. Las imágenes que se le mostraron este domingo al realizársele la consulta no pertenecen a la señal del videoarbitraje, y sí a la cámara de una cadena de televisión ubicada a ras de césped, de ahí que el equipo arbitral no pudiera analizarlas en el momento. Cuando se produjo la jugada (centro de Oyarzabal cortado por Iñigo con la mano en el límite del área), el colegiado señaló falta y libre directo, al interpretar que la infracción se había producido fuera de la línea. Desde el VAR, Iglesias Villanueva sí repasó todas las tomas disponibles, pero al parecer ninguna de ellas era tan aclaratoria como la de las imágenes extraoficiales y no se corrigió la decisión del colegiado de campo.
La equivocación de Estrada Fernández quedó en nada al concluir luego el partido con victoria realista, pero podía haber resultado negativamente decisiva en caso de que el título recayera en el Athletic. Curiosamente, el triunfo txuri-urdin llegó gracias a un segundo penalti de Iñigo Martínez, este sí señalado, aunque también rearbitrado por el VAR a la hora de dictaminar el color de la tarjeta para el defensa. El propio Estrada le mostró la roja tras derribar a Portu, pero Iglesias Villanueva llamó al trencilla a la pantalla para que observara cómo, a su juicio, la zancadilla resultaba accidental y no deliberada. El colegiado catalán también interpretó así la jugada, por lo que modificó su decisión y dejó la roja en amarilla.
Cabe reseñar que, de haberse señalado el penalti inicial de Iñigo Martínez por manos, estas también deberían de haberle supuesto ver una primera cartulina, por lo que el compendio de ambas jugadas tendría que haber significado dos penaltis a favor de la Real y la expulsión (doble amarilla) del zaguero ondarrutarra. Sin embargo, la Real concluyó el partido habiendo lanzado solo una pena máxima (en lugar de dos) y jugando contra once (no contra diez).