A la mayoría de las personas que entreno no les parece que son “naturales” hablando a cámara. Por eso cuando lancé mi proyecto profesional en 2012 empecé documentando y narrando eventos en Twitter con fotos y vídeos. Fue una forma de acercarme al vídeo desde “detrás de la cámara”. Entonces no me atrevía a dar la cara en vídeo porque me daba miedo. Unos años después empecé a enseñar cómo grabar y editar vídeo con el móvil. Algunas personas me lo pedían: “Álvaro: ¿por qué no me enseñas a editar vídeo con el móvil? Era 2016 y las cámaras de los móviles, aplicaciones y redes sociales habían evolucionado mucho. Ahora cualquier persona con un smartphone puede crear vídeos sencillos o hacer vídeos en directo desde su móvil. Cinco años después llegó la pandemia. Tuve suerte. Mis formaciones presenciales pasaron a ser on line y continué activo. Di mucho la cara en Zoom. Me di cuenta que muchas personas que formaba eran profesionales que querían comunicar bien lo que hacían, también hablando a cámara. Hoy facilito talleres para profesionales que quieren hablar a cámara, con naturalidad y confianza, para darse a conocer, visibilizar su trabajo y aumentar sus oportunidades. Me interesa el bienestar en el aprendizaje. Ponerse es fácil conmigo. Se me da bien animar y motivar. Estoy convencido de que, en la práctica, y con una práctica gradual, todo el mundo se acaba dando cuenta de que aunque hablar a cámara no sea algo “natural”, se puede hacer que lo parezca. l
Vida y estilo