El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena a 5 años de inhabilitación y 6 meses de prisión, pena sustituida por multa de 2.880 euros, al exsubdelegado del Gobierno en Catalunya Eduardo Planells (2004-2007), por firmar expedientes de extranjería ilegales de personas vinculadas con la mafia georgiana.
La Sala de lo Penal desestima el recurso del condenado contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona por un delito continuado de prevaricación y otro delito continuado de tráfico de influencias.
También fue condenado por esos mismos delitos el acusado Malchas Tetruashvili a 2 años de inhabilitación y a 4 meses y 15 días de prisión, pena sustituida por multa de 4.050 euros. Este último, que también fue condenado en otra causa por su relación con la organización criminal de origen georgiano Kutaiskaya, no recurrió.
Los hechos probados recogen que Planells entregó en 2001 al otro condenado un documento firmado por él, para exhibirlo ante las distintas autoridades a las que se pudiera dirigir, en el que se decía que éste último actuaba en nombre de la ONG OPAC y que, de un primer análisis de las solicitudes, se deducía que respondían a una necesidad real de trabajo por parte de empresas legalmente constituidas y que venía actuando con normalidad.
Según estos hechos, Planells desarrolló conductas en beneficio de Malchas Tetruashvili y personas relacionadas con él, personal o laboralmente, de forma que este último consiguió un beneficio económico que no pudo ser determinado.
La sentencia explica que quedó acreditado que dio el visto bueno a solicitudes de permisos de residencia realizadas por OPAC y que, además, favoreció cinco expedientes relacionados con empresas o personas vinculadas con el otro condenado, bien porque él mismo adoptó resoluciones a sabiendas de su ilegalidad o bien porque influyó en los funcionarios encargados de los expedientes.
En su recurso, Planells sostenía que los testimonios prestados en el juicio no acreditaban irregularidad alguna en su comportamiento.
Pero el Supremo se refiere a un testimonio que consideró significativo en relación con un expediente relativo al jefe de la organización criminal de origen georgiano Kutaiskaya ("ladrón en la ley") y que tenía relación con Malchas Tetruashvili.
Afirma que los testimonios de los funcionarios evidencian "la sutil manera que tenía el condenado de ejercer su influencia sobre sus subordinados, propio de una incitación directa a que otro, por razón de esa subordinación, no se apartara de las indicaciones que le daba su superior, que, aunque aisladamente las pudiera considerar inocuas cada uno de quienes las recibieran, formaban parte de la estrategia delictiva montada por el condenado".
La Sala destaca que el hecho de que en algunos expedientes faltaba documentación tan fundamental relativa a los antecedentes penales, no ofrece duda alguna de la arbitrariedad de tal proceder, porque siendo consciente de tan palpable ilegalidad, está dictando una resolución administrativa, a sabiendas de su injusticia.