Gipuzkoa

“Conocía a Diego García desde niño y sentí mucha presión, pero creo que logré rendirle el homenaje que merecía”

El recuerdo al atleta azkoitiarra planeará sobre la Azkoitia-Azpeitia y se hará presente también en Xebas Larrañaga, autor de la escultura que le recuerda en el paseo de Loiola en el que tantas veces entrenó y en el que falleció en 2001 a los 39 años de e
Xebas Larrañaga observa la figura de Diego García en el lugar en el que fue ubicada en el año 2002
Xebas Larrañaga observa la figura de Diego García en el lugar en el que fue ubicada en el año 2002 / Aitor

Cientos de atletas participarán el sábado en la media maratón Azkoitia-Azpeitia. Una de las señas de identidad de la prueba es el recuerdo a la figura del azkoitiarra Diego García. Un año más, los corredores pasarán por las inmediaciones del lugar en el que falleció en 2001, con 39 años de edad. La zona está presidida desde 2002 por una escultura que se ha convertido en todo en símbolo. Su autor, el también azkoitiarra, Xebas Larrañaga revive el proceso de diseño y ejecución de una obra en homenaje a un deportista que marcó una época y sigue presente en el recuerdo de cuantos lo conocieron.

¿Cómo llegó a sus manos el proyecto de la escultura de Diego García?. 

El encargo se hizo en principio a otro artista, pero al final me llamaron a mí. Pasé a convertirme de este modo en la herramienta de un proyecto que, si no me equivoco, fue idea de Kote Olaizola, y financiaron a partes iguales el Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa, y los ayuntamientos de Azkoitia y Azpeitia.

Un encargo de mucha responsabilidad

¿Tuvo dudas en el momento de aceptar el encargo? 

En ese momento no era un artista experimentado en el campo de la escultura; había hecho algún busto, pero cuando me lo plantearon, me lancé de lleno a dar forma al proyecto. No tenía ninguna idea prefijada de lo que iba a hacer. Solo sabía que la obra tenía servir de homenaje a Diego García. 

¿Sintió una presión especial al realizar una obra dedicada a homenajear a una persona de su misma localidad? 

A Diego lo conocía desde que éramos críos, ya que apenas nos llevábamos unos meses. No es lo mismo hacer una escultura que terminará en Salamanca, por citar un lugar, que enfrentarte a un encargo sobre alguien a quien conoces y que será expuesto donde vives. La gente conocía a Diego y también me conocía a mí como autor de la obra. La presión y la responsabilidad que sentí fueron enormes.

La imagen de Diego García se ha convertido en un elemento simbólico del paseo entre Azkoitia y Azpeitia

La imagen de Diego García se ha convertido en un elemento simbólico del paseo entre Azkoitia y Azpeitia Aitor

La foto del Cross Mugerza

¿Cómo se documentó para dar forma a la escultura? 

Pedí entrar en su casa para hacerlo. Hacer la escultura de una persona que no tienes delante no es una broma. Buscas referencias, tratas de captar la esencia de su figura desde distintos ángulos intentando que sea lo más fidedigna posible a la imagen que la gente tiene de ella, y para eso necesitaba fotografías y vídeos de Diego.

¿Encontró lo que buscaba? 

Me gustó una fotografía de un cross en la que se le veía corriendo de frente hacia la cámara. No sabía en qué carrera se había sacado, pero, hace unos meses, fui a comer al bar de la zona deportiva de Mintxeta de Elgoibar con un amigo y allí conocí su origen. Nunca había estado en esas instalaciones y nada más llegar vi que la foto se había sacado en aquel lugar, durante el Cross Mugerza. Necesitaba, también, un imagen lateral que pudiera relacionar con la fotografía de Elgoibar y eché mano de Xabier Euzkitze para ir a los estudios de ETB en Durango. Estuvimos revisando vídeos y congelando las imágenes frame a frame hasta que obtuvimos una vista de perfil que encajaba con la postura que tenía en la fotografía.

Hace unos meses descubrí por casualidad que la fotografía que inspiró la escultura se la sacaron en el Cross Mugerza de Elgoibar

¿Qué tiempo le llevó finalizar la obra? 

El encargo me llegó dos meses y medio después del fallecimiento de Diego. Tuve ocho meses de trabajo para completar la obra. Quise hacer partícipe del proceso a su familia y visitaba a sus padres cada dos semanas más o menos para mostrarles la evolución del proyecto y compartir los avances con ellos. Fueron meses de mucha emoción; la muerte de Diego todavía estaba muy presente.

Un proceso muy emotivo 

¿Cómo recuerda el proceso hasta que dio la obra por finalizada? .

Una vez que preparé la estructura metálica que sirve de base, tocaba rellenarla con arcilla hasta lograr lo que buscaba, algo que muchas veces resulta complicado de determinar. Me resulta difícil decidir cuándo una obra está finalizada; siempre encuentras algún detalle para retocar. Recuerdo que los operarios de la empresa encargada de la fundición en bronce estaban aplicando la silicona por la espalda de la figura para preparar el molde, y yo todavía estaba retocando la parte delantera de la obra.

Resulta muy satisfactorio ver que la figura de Diego es un elemento distintivo del paseo en el que entrenaba para la gente

¿Qué recuerdo guarda de Diego García? 

Siempre tuvo mucho encanto, desde niño. Empezó tarde en el atletismo profesional. Corría en pruebas populares y solía lograr muy buenos resultados. Pero cuando regresó del servicio militar, descubrió que tenía el potencial para hacer carrera en el atletismo. Dio un salto de calidad y empezaron a llegar los resultados que lo convirtieron en un atleta de primer nivel. Supo ganarse el cariño de sus compañeros. Era un atleta más de dar que de recibir. En demasiadas ocasiones trabajaba para los demás y solía pagar ese esfuerzo, pero era feliz si un amigo suyo ganaba gracias a ese trabajo. 

Xebas Larrañaga, trabajando en un busto de Mikel Laboa en su estudio de Elgoibar

Xebas Larrañaga, trabajando en un busto de Mikel Laboa en su estudio de Elgoibar Aitor

Bronce desgastado en la muñeca

¿Cree que cumplió con el encargo de la escultura? 

Verle correr en sus entrenamientos entre Azkoitia y Azpeitia era un espectáculo. Ahora, la figura de Diego es un elemento distintivo de ese paseo y me alegra ver que la gente valora la presencia de la escultura. De hecho, hay quienes acostumbran a tocarla cada vez que pasan junto a ella. Se ha convertido en una especie de rito. El bronce se ha desgastado en una zona de la muñeca debido a ello. A nivel personal, resulta algo satisfactorio. Mi objetivo era cumplir con el encargo de hacer una obra que sirviera de homenaje a Diego, y creo que la escultura cumple con ese cometido.

2025-03-29T13:24:50+01:00
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