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Para los que crecieron, y los que no, con Los tres mosqueteros o con Piratas del Caribe y que siempre han soñado con convertirse en honrados espadachines, traemos la experiencia perfecta para cumplir un sueño. La sala de armas Salvatore Fabris es un grupo de esgrima histórica de Bizkaia, en Erandio (Colegio Altzaga), en el que estudian el uso de armas blancas basándose en los tratados que distintos maestros les han dejado para su estudio posterior.
Sus armas son fieles reproducciones de las históricas en cuanto a peso, medidas y punto de equilibrio, pues la única diferencia es que las suyas -por motivos de seguridad- no se encuentran afiladas. Asimismo, ofrece la oportunidad de aprender el uso de las armas de una manera muy real.
¿Qué es la esgrima histórica?
Ante todo, la esgrima histórica es un arte marcial. Se trata de un conjunto de disciplinas que enseñan a combatir con diferentes armas que comprenden entre los siglos XIV hasta el XIX, siendo entre todas ellas las más comunes la espada larga del siglo XV y la espada ropera del siglo XVII.
De esta forma, en la sala de armas Salvatore Fabris se dedican a la práctica e investigación de estas dos disciplinas y, para la comprensión de estas armas ha sido necesario estudiar aquellos tratados históricos en los que los maestros de armas de hace tantos siglos dejaron por escrito su saber.
Espada larga
Es la típica que vemos en las películas medievales y que se maneja a dos manos. Se considera la más grande de la historia dedicada al duelo, por lo que es la espada del siglo XV por excelencia. Lejos de la imagen tosca que muestra el cine, encontramos en la mano y media un arma de gran complejidad técnica, con la que estudian la tradición alemana del maestro Lightenagüer y sus sucesores.
Espada ropera
Es la espada de los mosqueteros y la más representativa del siglo XVII. Debe su nombre a que se portaba como una parte más del atuendo y dependiendo del arriaz (empuñadura) se dividían en dos tipos: de lazo o de taza. En este caso, se centran en el estudio de los maestros italianos de la época, dedicando mayor tiempo al que da nombre a su sala de armas.
Armas cortas
Las armas cortas (daga, navaja y cuchillo) las usan para practicar la defensa personal, técnicas y estrategias que trasladan al combate para entrenar en su uso. Aunque a primera vista puedan parecer iguales, presentan grandes diferencias: mientras que el combate con daga busca llegar al cuerpo a cuerpo mediante técnicas de grapling, las navajas y el cuchillo se centran en el combate a distancia.
Una enseñanza auténtica
La manera de enseñar que tienen es la de cualquier arte marcial: al principio, un calentamiento para evitar lesiones; después, unos ejercicios técnicos; y, por último, combates. Este esquema sirve para que cualquiera de sus alumnos mejore su nivel rápidamente, ya que una de sus máximas desde el primer día es hacer necesario el combate, por supuesto, adaptado al nivel del practicante.