Miles de aficionados recibieron ayer miércoles en Copenhague al ganador del Tour de Francia, Jonas Vingegaard, que regresó a Dinamarca con el mayor triunfo de su carrera. Tras aterrizar al mediodía en un avión privado, que había sido escoltado por dos cazas F-16 de las Fuerzas Armadas de Noruega, en el aeropuerto de Kastrup, la comitiva del ciclista recorrió las calles de la capital hasta la Plaza del Ayuntamiento.
“Muchas gracias a todos los que habéis venido y muchas gracias a todos los que me han apoyado en las últimas tres semanas,“ dijo desde el balcón ante la multitud, ataviado con el maillot amarillo y acompañado de su mujer y su hija.
En declaraciones a los medios daneses, afirmó que todavía le parece “una locura” pensar que ha ganado el Tour de Francia y dio las gracias a los clubs de ciclismo amateur de Dinamarca. “Sin ellos probablemente no habría ganado,“ afirmó.
En la ceremonia le acompañaron la alcaldesa de Copenhague, Sophie Haestorp Andersen, y el ministro de Comercio danés, Simon Kollerup, así como algún compañero, como Mads Pedersen y Michael Morkov. Las calles de la capital danesa se llenaron de aficionados hasta el punto de que la policía recomendó acudir al homenaje en bicicleta o transporte público.