Corea del Norte sumó hoy un segundo intento fallido de poner en órbita su primer satélite espía en un momento marcado por la escalada de la tensión militar en la región, aunque el régimen de Kim Jong-un se apresuró a quitar peso al fallo del cohete portador y anunció que realizará un tercer intento en octubre.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano alertó de que se lanzó "lo que Corea del Norte asegura que es un cohete espacial en dirección al Sur hacia las 3.50 (18.50 GMT del miércoles) desde Tongchang-ri, provincia de Pyongan del Norte (noroeste)", donde se encuentra la base de lanzamientos espaciales de Sohae.
El lanzamiento activó el sistema de alerta antimisiles nipón J-Alert en la prefectura suroccidental de Okinawa, urgiendo a los residentes a tomar refugio ante el posible impacto de un proyectil, aunque el aviso se retiró minutos después.
Corea del Norte ya alertó el pasado martes a la Guardia Costera de Japón de su intención de realizar el lanzamiento en algún momento entre hoy y el 31 de agosto, para lo que designó tres zonas de riesgo marítimo (dos al oeste de la costa occidental surcoreana y una al este de la isla filipina de Luzón) ante la posible caída de restos del cohete tras el lanzamiento.
La acción norcoreana ha coincidido con la celebración de Ulchi Freedom Shield (UFS), unos ejercicios militares a gran escala de Corea del Sur y EE.UU. que reflejan la importante escalada de la tensión en la península en los últimos tiempos y que llevaron al régimen a advertir este martes de la posibilidad de "una guerra termonuclear".
Segundo fallo
Unas dos horas y media después del lanzamiento los medios estatales norcoreanos anunciaron que el intento de poner en órbita el satélite Malligyong-1 había vuelto a resultar fallido, como ya sucedió en la primera tentativa del pasado 31 de mayo. Poco después, el ejército surcoreano confirmó que el intento norcoreano había vuelto a acabar en fracaso.
El cohete empleado, el Chollima-1, un nuevo vehículo de transporte espacial norcoreano que registró un problema tras la separación de su primera y segunda fase en el mencionado intento de mayo, volvió a experimentar fallos, esta vez en la fase terminal del proyectil, según la agencia estatal KCNA.
La Administración Nacional del Desarrollo Aeroespacial (NADA) norcoreana señaló que "la causa del accidente no supone un gran problema en términos de fiabilidad del motor", y señaló que llevará a cabo un nuevo lanzamiento en octubre "tras investigar en profundidad las causas" y "tomar contramedidas".
La celeridad con la que Pionyang espera llevar a cabo su próximo intento hace pensar a los expertos que el régimen está satisfecho con el rendimiento de los motores del Chollima-1 en esta ocasión, puesto que el fallo parece haber tenido lugar en el mecanismo de autodestrucción de la carga útil del proyectil, que hoy cubrió una mayor distancia que en mayo, según un análisis publicado por el Ministerio de Defensa nipón.
Fuera de las zonas designadas
La estimación de Tokio mostró además que las tres fases del Chollima-1 cayeron ligeramente fuera de las tres zonas designadas por Pionyang, con la tercera fase estrellándose en el mar de Filipinas a unos 650 kilómetros al este de Manila. Por su parte, un portavoz del ejército surcoreano confirmó que la operación para recuperar en el mar los restos del cohete lanzado hoy ya está "en marcha".
Seúl recobró varios fragmentos del Chollima-1 lanzado en mayo y aseguró entonces que el satélite que portaba carecía de la "utilidad militar" que Pionyang le atribuye, aunque evitó compartir más detalles al respecto, tal y como había hecho con lanzamientos anteriores.
A su vez, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ordenó hoy compartir con Japón y EE.UU. información y análisis relacionados con el lanzamiento norcoreano.
Compromiso entre EE.UU, Corea del Sur y Japón
La decisión se produce después de la cumbre trilateral celebrada entre Yoon, el primer ministro nipón, Fumio Kishida, y el presidente estadounidense, Joe Biden, en Camp David (EE.UU) el pasado 18 de agosto, cita que se saldó con el compromiso de que las tres partes compartan en tiempo real información relacionada con el programa de armas de destrucción masiva norcoreano.
El de hoy es el séptimo cohete espacial que lanza en su historia Corea del Norte.
Gran parte de la comunidad internacional vigila con atención este tipo de lanzamientos espaciales norcoreanos, puesto que para muchos suponen test encubiertos de tecnología para misiles balísticos de alcance intercontinental (ICBM), algo que le prohíben a Pionyang las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.