Los correctores de maquillaje son una solución ideal para disimular todas esas pequeñas imperfecciones que tenemos en el rostro. Deben ser de un color similar al de nuestra piel, aunque también pueden ser un poco más claros para iluminarla o un poco más oscuros para definir bien el contorno del rostro.
Sin embargo, hay otros correctores de colores más llamativos y son los precorrectores. Los hay amarillos, verdes, morados, naranjas… y se aplican antes que el corrector. Cada uno de los colores de la paleta tiene una función concreta y es la de disimular las imperfecciones de la piel tratándolas con un color opuesto o complementario a ellas. Algunos de estos correctores mágicos son:
- Corrector amarillo. Ayuda a cubrir imperfecciones violáceas como ojeras moradas, venitas en la zona de los ojos, puntos negros, capilares o varices. Ilumina los cutis apagados y da a las pieles rosadas un ligero brillo.
- Corrector morado. Es ideal para contrarrestar manchas amarillas, marrones o anaranjadas. Equilibra las pieles cetrinas que en verano enseguida se ponen morenas pero que en invierno tienen un aspecto pálido y demacrado.
- Corrector naranja. Sirve para disimular lunares y ojeras azuladas tan marcadas que incluso se resisten al corrector amarillo. También es ideal para manchas y ojeras en pieles morenas. Si sufres estrés, agotamiento o insomnio eres una firme candidata a utilizarlo.
- Corrector verde. Es el más popular, ya que disimula todo tipo de granitos inflamados, rojeces, cicatrices, capilares o mejillas excesivamente sonrojadas.
- Corrector rosa. Disimula las imperfecciones de tono verdoso como esas venitas que tiran a tonos verdes. Aclara las zonas oscuras y compensa manchas y pecas en pieles claras. Corrige también ojeras marrones y aplicado en el hueso de la ceja proporciona un ligero efecto lifting.
- Corrector marrón. Aporta profundidad al contorneado del rostro combinado con iluminadores y con correctores de color natural.
- Corrector azul. Perfecto para corregir manchas naranjas o amarillentas, no se utiliza mucho, pero puede igualar el tono de las pieles más oscuras.
- Corrector beige. Es el básico multiusos, ya que neutraliza la mayoría de las manchas de la piel. Para ello debemos elegir un tono más claro que esta.
- Corrector blanco. Más que un corrector para tapar imperfecciones es un iluminador que actúa disimulando las líneas de expresión y puede destacar puntos de luz si lo utilizas debajo de las cejas, en los lagrimales, en el tabique nasal o en el arco de Cupido.
Elige la mejor textura
Podemos encontrar los precorrectores en diferentes texturas, cada una de ellas con una utilidad. La barra cubre bastante bien las imperfecciones, pero hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad porque si no acabarán marcando mucho las líneas de expresión. El polvo tiene poca cobertura, pero es ideal para tapar granitos en pieles grasas.
El mousse tiene textura ligera pero muy cubriente y se convierte en polvo al entrar en contacto con la piel. La crema es muy densa y va muy bien para disimular ojeras. El corrector líquido tiene una cobertura media y aunque da buen resultado para tapar ojeras y pequeñas imperfecciones, no debes utilizarlo si tienes la piel grasa.
Cómo aplicar el corrector
Aplica el corrector de color o precorrector en una fina capa para disimular la imperfección. Difumínalo bien, sin arrastrar, con suaves toquecitos con la ayuda de una esponja de maquillaje, de una brocha o con las yemas de los dedos. Una vez absorbido, aplica un corrector o una base de maquillaje lo más parecida posible a tu tono de piel, de forma que quede un conjunto uniforme con el resto del rostro. Por último, sella con polvos compactos y elimina los brillos.