Matt Costello no pudo poner este domingo un broche de oro al cuento de hadas que ha vivido con Costa de Marfil en el Afrobasket celebrado desde hace días en Kigali, la capital de Ruanda. El flamante pívot del Baskonia se quedó con la miel de los labios a la hora de izar el título después de que su selección perdiese (78-75) en la final ante Túnez, que revalidó de esta manera la corona conquistada en 2017 en Dakar (Senegal).
La final discurrió desde un primer momento por cauces muy desfavorables para el conjunto dirigido por Natxo Lezkano, en el que Costello no tuvo esta vez su mejor día pese a acabar el encuentro con casi dobles figuras (9 puntos y 8 rebotes en casi 37 minutos de juego). De hecho, su estadística fue 4 de 9 en tiros de campo (1 de 4 en triples) y 0 de 2 desde el tiro libre, además de dos pérdidas, una decisiva en los segundos finales cuando su equipo dispuso de una última bala para forzar la prórroga.
Después de erigirse en el principal responsable de que Costa de Marfil cuajara un excelente Afrobasket, el cinco de Michigan rayó lejos del superlativo nivel acreditado en jornadas precedentes, empezando por la semifinal ante Senegal donde se fue hasta los 27 de valoración. Posiblemente el cansancio hizo mella en él tras los grandes esfuerzos realizados en la primera fase y las posteriores eliminatorias.
Túnez, dirigida por un clásico del baloncesto alemán como Dirk Bauermann, maniató por completo el ataque de Costa de Marfil y casi siempre gozó de ventajas por encima de la decena de puntos. Sin embargo, en los compases finales se complicó la vida por culpa de una grave pájara ofensiva. Los 22 puntos de Salah Mejri y los 18 del exbaskonista Michael Roll fueron, a la postre, decisivos.
La derrota en la final no empaña lo que ha sido la excelente participación de Costello en el Afrobasket, donde ha dejado claro que puede ser un excelente complemento para Landry Nnoko y Steven Enoch en la pintura baskonista. Incluso no sería de extrañar que comparta minutos con alguno de ellos ante su evidente facilidad para desempeñar el rol de cuatro abierto y favorecer así los espacios en la zona.
El ex del Gran Canaria, que ocupó en Costa de Marfil la vacante del nacionalizado Deon Thompson, ha finalizado el evento con unas excelentes medias de 16 puntos y 9 rebotes demostrando que su llegada a Vitoria con un pasaporte cotonou bajo el brazo ha supuesto todo un acierto. Un pívot muy completo capaz de hacer muchas cosas sobre la cancha, que se ajusta a las necesidades de Ivanovic con su movilidad y también con probada experiencia en la ACB tras dos temporadas en las Islas.