“Aaquí tu cabeza se reformatea de otra manera”, dice con una sonrisa la comisaria y productora de cine gasteiztarra Garbiñe Ortega. Lo cierto es que, desde ayer, tanto ella como Leire Apellaniz –la otra mitad de Apellaniz&deSosa– tienen en el centro de creación Azala, ubicado en la localidad alavesa de Lasierra, su casa y su lugar de trabajo. Hasta el viernes, en este espacio se desarrolla el primer encuentro del laboratorio cinematográfico, audiovisual y experimental Dirdira Lab, del que ambas son anfitrionas.
Un total de seis proyectos audiovisuales toman parte en esta convivencia creativa. “Tan importante en estas jornadas es una clase magistral como ir hablando de cada proyecto mientras caminas por el bosque; es lo importante de estar aquí” en la primera parte de una cita que se completará con otro encuentro en marzo, también con el mismo escenario. Y habrá una segunda edición, como mínimo, gracias a la financiación del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA).
En esta primera, las propuestas seleccionadas son las del gasteiztarra de Jorge Moneo Quintana (Almanaka), Irene Bartolome (Elegía de una ciudad), Paula Iglesias y Marta Gómez (La Sinsorga), Aizpea de Atxa Cancel (Mal de Sol), Elisa Celda (Nadie nos los dijo) y Oscar Vincentelli (Se van sus naves). “Son proyectos diferentes entre sí, que también están en momentos distintos de su recorrido, pero a los que podemos ayudar en este laboratorio, que es una iniciativa que viene a cubrir un hueco que no se trataba hasta ahora en España”.
Al fin y al cabo, “estamos hablando de proyectos experimentales y pequeños” de películas que están fuera de las circuitos comerciales o de la industria entendida como tal. “Una de las partes fundamentales aquí es ayudar a que sepan con quién tienen que encontrarse en el proceso; queremos generar un espacio colectivo para que pensemos y amasemos cada proyecto”.
Tanto en este encuentro como en el que tendrá lugar en 2023, las producciones tendrán acceso a una propuesta metodológica inmersiva de la mano de profesionales internacionales con una extensa trayectoria en los sectores audiovisual y artístico. A través de sesiones formativas, tutorías personalizadas y asesorías one-to-one, los participantes están compartiendo una experiencia vivencial y formativa única.
Una vez concluida la formación –en la que van a tomar parte invitados como Eneko Muruzabal, Agnés Pe Tomas, Nicolás Pereda, Marta Selva e Idoia Zabaleta–, todos los proyectos seleccionados recibirán un premio en metálico de 1.500 euros (IVA no incluido) para el desarrollo de la propuesta. Asimismo, podrán optar a incentivos como una residencia de tres semanas en Azala, por ejemplo. El laboratorio de formación y desarrollo Dirdira Lab busca apoyar proyectos audiovisuales experimentales que no disponen de espacios para la profesionalización. En su primera edición ha recibido 70 solicitudes de participación.