Los accidentes de tráfico registrados en las carreteras vascas en los siete primeros meses del año se han cobrado la vida de 20 personas (una de ellas peatón), lo que supone cinco fallecidos más (+33%) que los contabilizados en el mismo periodo del pasado año. Además, los percances de tráfico en Euskadi causaron heridas graves a 178 personas, lo que representa 14 lesionados más (+8,5%) que en el periodo enero-julio de 2023, según datos del Departamento vasco de Seguridad.
En estos siniestros se contabilizaron asimismo 1.656 personas heridas leves (96 menos que en 2023). De esta forma, el número total de víctimas en accidente de tráfico ascendió a 1.854, lo que significa 77 víctimas menos que en 2023 (-4%).
En conjunto, en las carreteras vascas se registraron en el periodo enero-julio un total de 4.929 accidentes de tráfico, lo que representa un aumento del 0,6% (30 siniestros más que el mismo periodo del pasado año). Los accidentes con víctimas fueron 1.347 (-7%) y los que no causaron heridos fueron 3.582 (40 percances más que en 2023).
Cabe recordar que el balance de siniestros de 2023 se saldó con 44 fallecidos en accidentes de tráfico en Euskadi, el mismo número que en 2022 y siete menos que en 2019 (último año homologable previo a la pandemia). Por género, el 86 % de las personas fallecidas fueron hombres (38) y el 14 % mujeres (6). Entre los colectivos vulnerables, bajó el número de motoristas fallecidos (11 frente a los 14 del año anterior y los 17 de 2021), así como el de viandantes (8 frente a 15 en 2022, si bien en 2021 falleció uno).
Según los informes elaborados por la firma de seguros on line AMV, uno de cada cuatro accidentes de tráfico está relacionado directamente con el sueño y la fatiga. AMV pone de manifiesto cómo nos afecta el cansancio y la somnolencia, especialmente si se conduce una moto.
Y es que los siniestros de tráfico se agudizan con el comienzo del verano cuando se llevan a cabo un gran número de desplazamientos. También hay mucha más movilidad debido al buen tiempo ya que es la época del año en la que se hacen más escapadas, y antes de ponerse en marcha, hay que estar descansado.
De hecho, está claro que conducir con somnolencia es muy peligroso, pero muchas veces los conductores no saben que la tienen hasta que ya es demasiado tarde. “Si se nota visión borrosa o doble, tenemos pesadez en los párpados, picor o cansancio en los ojos, damos bostezos frecuentes, cabeceos continuos, tenemos dificultad para concentrarnos o permanecer alerta, es el momento de parar en un lugar seguro, y descansar”.