Joseba Asiron será el candidato de la izquierda abertzale en Pamplona por tercera vez, una decisión que asegura le ha costado tomar por lo que supone a nivel personal. Sale a ganar la Alcaldía, convencido de que si los números salen no volverá a suceder lo mismo que en las últimas elecciones, cuando una mayoría de voto progresista no fue capaz de impedir el gobierno de Navarra Suma. Sabe que si lo logra tendrá que dejar la enseñanza, que ahora compagina con su actividad municipal. Si no lo consigue, ya se verá.
Ha recibido un 98,9% del voto de las bases de EH Bildu. Cómo para no estar satisfecho de un resultado así.
–Sí, por supuesto que sí, esas cosas siempre agradan pero también digo que el proceso venía de antes y han sido muchísimas las personas que desde dentro me animaban a seguir. No me ha sorprendido.
Qué quiere que le diga, pero se parece bastante a unas primarias a la búlgara.
–No sé si a la búlgara. La verdad es que detrás ha habido un trabajo en el que yo sólo soy la parte más visible. En el grupo municipal tenemos un equipazo y es lógico y normal que desde el partido y las bases quieran premiar el trabajo que se está haciendo en la legislatura.
¿Están de capa caída las primarias para elegir candidatos? Hubo un tiempo en que estuvieron muy de moda.
–Nosotros y nosotras ya hemos pasado esa pantalla. Lo más importante en nuestro caso era el equipo, que ya está perfilado, diseñado y lleva mucho tiempo trabajando muy bien. Eso nos da cierta ventaja; por eso hemos sido los primeros en salir. Tenemos las ideas muy claras, sabemos lo qué queremos y cómo conseguirlo. Nuestra próxima pantalla es conformar los equipos técnicos y perfilar los proyectos, que es en lo que estamos. Las cuchilladas y puñaladas las dejamos para otros.
Al menos ya sabe dónde acabará su vida laboral. Cuando en enero le pregunté por la cuestión me dijo que iba terminar la actual legislatura con 61 años, que le iban a quedar 4 años más de trabajo y que debía decidir si los quería pasar en la ikastola o en el Ayuntamiento. Un problema menos.
–Ha sido la gran decisión que he tenido que tomar. La enseñanza ha sido una profesión que me ha hecho feliz durante toda mi carrera laboral. Me gusta, disfruto dando clases, disfruto de la interacción con los profesores y adolescentes. Me ha costado muchísimo tomar la decisión, porque al final es un camino casi sin retorno, pero era el momento de dar un paso al frente y desde que me lo propusieron en el partido yo para adelante.
¿Cuando se lo propusieron oficialmente?
-No sabría decir fechas. (Duda un poco). Ha sido algo que llevamos hablando desde hace bastante tiempo. En el partido sabían que eran mis últimos años laborales y que me apetecía también disfrutar de la enseñanza. Hemos ido madurando la idea durante meses.
¿Pidió tiempo para pensarlo o tenía la respuesta lista?
–Lo he estado meditando durante toda la legislatura. Mi compromiso con el Ayuntamiento y con el grupo es al cien por cien. Siempre digo que Pamplona es mi punto débil y mientras pueda aportar algo estaré ahí. Es cierto que me va a dar muchísima pena decir adiós a la enseñanza, pero no hay marcha atrás.
Hasta ahora ha estado compaginando su actividad municipal con las clases en la ikastola. ¿Descarta hacerlo en la próxima legislatura?
–Lo que ocurre es que tenemos la convicción de que la próxima legislatura Joseba Asiron va a tener que estar con dedicación completa dentro del Ayuntamiento porque el alcalde no puede estar a tiempo parcial (sonríe). Ese es el único escenario que contemplamos.
¿En algún momento se planteó la posibilidad de que liderara la lista de Bildu al Parlamento de Navarra?
–No, nunca, ni una sola vez. No ha habido ni una conversación al respecto y además creo que es muy importante que cada persona sepa cuál es su sitio y cuáles son sus limitaciones. Creo que en el Ayuntamiento es donde mejor papel puedo hacer, es de lo que sé ahora mismo, con todo lo que he aprendido en los últimos 7 años. Mi sitio está aquí. Además creo que hay una magnífica candidata al Parlamento, como es Laura.
Lo cierto es que su nombre sonó como posible candidato de la izquierda abertzale a la presidencia del Gobierno de Navarra. Algo le habría llegado.
–Luego me riñen por decir estas cosas, pero es riguramente cierto que cuando voy a Zarautz me dicen a ver por qué no me presento para lehendakari (se ríe con ganas). Se dicen muchas cosas.
Hace tres años su formación permitió la presidencia de María Chivite sin exigir a cambio los votos del PSN en Pamplona, que le hubieran dado la Alcaldía en vez de a Enrique Maya. ¿Serán tan generosos la próxima vez?
–Lo que somos siempre es muy responsables y en su momento se valoró, y yo lo comparto, que era el momento de ser generosos y facilitar un gobierno progresista para que no cayera en manos de la ultraderecha que Navarra Suma representa aquí. Ojalá hubiéramos podido hacer lo mismo en los ayuntamientos, pero no fue posible.
¿Se podrá hacer en la siguiente?
–Lo que sí creo es que ya es el momento de que las fuerzas progresistas se pongan de acuerdo. Es algo que nos está exigiendo la sociedad y estoy absolutamente convencido de que tal y como me dicen, a mí a ver cuándo nos pondremos de acuerdo, se lo dicen al resto de portavoces de los grupos progresistas. La ciudadanía no entendería otra cosa y es algo que está ocurriendo de forma habitual en el Ayuntamiento de Pamplona, donde las tres formaciones estamos de acuerdo en el 99% de los asuntos del día a día y somos la mayoría.
No sé si la militancia de la izquierda abertzale aceptarían de buen grado una repetición del mismo escenario de 2019.
–En el escenario de entonces se hizo lo correcto, y creo que las bases lo entendieron, pero también te digo que para 2023 la gente progresista, de izquierdas, espera otra cosa.
La dirección y las bases le consideran el mejor candidato. ¿Cómo se ve después de dos legislaturas y la perspectiva de una tercera?
–Cuando entré en política era un novato y ahora muchas veces comento con los compañeros del grupo la ilusión y la candidez que teníamos en aquel momento. Aprendimos mucho; yo particularmente aprendí mucho siendo alcalde y he aprendido casi más estando en la oposición. Sobre todo he aprendido a cómo hay que funcionar y cómo no.
¿Me lo puede explicar?
–Pues no hay que funcionar como lo está haciendo el equipo de Enrique Maya, a base de chapuzas, improvisaciones y mala gestión. La lista es interminable, desde la pasarela del Labrit, pasando por los contratos a dedo hasta el uso de bienes municipales para beneficio del partido, que ha motivado que en Pamplona se vaya a crear por primera vez una comisión de investigación. La gran lección que ha dado Navarra Suma es la santísima trinidad de los chanchullos: amiguetes, familia y partido. Esos han sido los beneficiados.
¿Cuánto ha disminuido la ilusión que tenía cuando entró en política?
–La política por dentro es desmitificadora, te das cuenta que hay gente que no tiene el nivel suficiente para gobernar, pero también te da la posibilidad de incidir directamente en la vida ciudadana, con decisiones que tomas un día y que tienen su efecto al día siguiente. Eso es muy motivador y ahora mismo me siento totalmente enchufado.
Es el primer candidato en ser elegido oficialmente. Va a tener una campaña larga.
–Posiblemente será larga, pero el hecho de contar con un equipo ayuda. Ya hemos contactado con más de 120 colectivos de Pamplona para tomar el pulso a la ciudad y lo que preocupa a la gente.
Dijo que si repetía como candidato llevaría como número 2 de su lista a Joxe Abaurrea, que en diciembre tuvo que dejar el cargo tras ser condenado por un altercado con policías municipales durante el Chupinazo de 2019. ¿Mantiene su apuesta?
–Lo que dije literalmente es que ya tenía el primer nombre que iría en la lista. Luego hay que confeccionar la lista con los criterios de paridad, pero sí ratifico que Joxe Abaurrea irá conmigo en la lista.
¿Tiene el resto de nombres?
–Eso tiene su proceso, incluida la ratificación de la lista por parte de las bases. Lo que me gustaría es dar continuidad al equipo actual, porque llevamos 3 años formando a un grupo de concejales y concejalas que está preparado para gobernar mañana mismo, sin ningún problema. Lo puedo asegurar.
¿Fue una condición llevar a su equipo para que aceptara repetir como candidato?
–Era básico para mí. En ningún momento he puesto encima de la mesa condiciones o ultimátums para seguir, pero tengo claro, y estoy seguro de que las bases del partido y los comités de listas lo van a compartir, que hay que dar continuidad al actual equipo, lo que no quiere decir que tengan que repetir exactamente los mismos y en el mismo orden. El equipo es muy bueno y quiero mantener su esencia.
¿Cree que le tocará competir con Enrique Maya?
–Lo que creo es que desde la investidura no ha tenido día bueno. Lo digo con la mano en el corazón, porque sus concejales le han llevado en volandas de escándalo en escándalo. Está siendo un fracaso de legislatura y de gestión. Un mandato perdido.
Pero no me ha dicho si piensa que lo tendrá de rival.
–Es verdad. Si me tuviera que jugar una mini de manzana diría que sí. No me digas por qué, pero creo que será el candidato.
¿Y Maite Esporrín?
–Probablemente también.
A expensas de lo que decida Geroa Bai, igual repiten 3 de los 4 candidatos de las últimas elecciones. ¿Será posible hacer otra cesta con los mismos mimbres?
–Sí, porque habrá una diferencia muy grande y es que habrá un gobierno municipal progresista, impulsado por una mayoría social y con un alcalde de EH Bildu.
Para eso es casi seguro que necesitará los votos del PSN. ¿Cree que esta vez se los darán?
–Creo que ha llegado el tiempo de que eso ocurra. Las matemáticas ya dieron en su tiempo para que un representante de Bildu accediera a la Alcaldía y se volverá a dar, de eso no tengo ninguna duda, y espero que sea en la próxima legislatura. Los sectores progresistas no podrán perdonar que otra vez se dé la Alcaldía a la derecha. Es que además esta colaboración ya se está dando en el Gobierno de Navarra o en Madrid, y si no que se lo digan a Pedro Sánchez. EH Bildu es una formación decisiva también en la política nacional. Tenemos que saber en qué escenario estamos y desde luego no es el escenario de hace unos años.
SUS FRASES
"Nunca se planteó que fuera el candidato al Parlamento foral; mi sitio está aquí"
"En 2019 se hizo lo correcto; ahora no se entendería dar otra vez la Alcaldía a la derecha"
"Creo que me tocará competir contra Maya y posiblemente también con Esporrín"