En Euskadi, la crianza de un hijo o hija supone un gasto mensual de 866 euros, frente a los 758 de media, según revela un informe de la ONG Save The Children. Este sobrecoste, que supera los 100 euros de diferencia, pone de manifiesto una disparidad significativa en los gastos familiares según la comunidad autónoma. Este diferencial está ligado a la inflación que afecta especialmente a los bienes y servicios esenciales para las familias, como son la electricidad o los alimentos.
La ONG advierte que criar a un hijo supone un reto económico que se enfrenta con frecuencia a la falta de un apoyo público adecuado en el Estado español, donde el 34,5% de los niños, niñas y los adolescentes están en riesgo de pobreza o exclusión social, un porcentaje que supera en 10 puntos la media europea (24,8%).
Además, el coste de la crianza ha experimentado un aumento del 13% respecto a 2022, lo que refleja la constante alza en los precios de los productos esenciales. Este incremento afecta principalmente a las familias con menos recursos, que encuentran cada vez más dificultades para cubrir los gastos básicos relacionados con la crianza.
Por comunidades autónomas
El coste de la crianza varía notablemente entre comunidades autónomas. En Andalucía, por ejemplo, el coste mensual medio es de 722 euros, mientras que en Catalunya alcanza los 938 euros, un 30% más.
Este diferencial territorial "refleja las desigualdades económicas y las diferentes políticas de apoyo a la familia que existen en las distintas regiones del país", recalca Save The Children.
El impacto de la inflación y el coste de la crianza
El coste medio mensual de la crianza se distribuye entre varias áreas esenciales como alimentación, ropa y calzado, higiene, educación, ocio, sanidad y vivienda. A lo largo de los años, estos gastos evolucionan según las necesidades de los niños y niñas. Los mayores incrementos en el gasto se registran en la etapa de 7 a 17 años, cuando el desembolso en alimentación y en productos tecnológicos se vuelve más significativo.
En este contexto, la parte más destacada del coste de la crianza depende de las distintas fases del desarrollo. De 0 a 3 años, el coste se ve muy influenciado por la conciliación familiar, con un gasto que representa aproximadamente un tercio del total. Entre los 4 y 6 años, sigue siendo una de las partidas más importantes, pero comienza a incrementar el gasto en alimentación, el cual pasa a ser el principal desembolso a medida que los niños y niñas crecen. Además, a partir de los 7 años, el coste de los productos tecnológicos y el ocio se vuelve cada vez más relevante, especialmente en un Estado donde los adolescentes tienen una gran dependencia de estos dispositivos.
Desafíos para las familias con menos recursos
El aumento del coste de la crianza tiene un impacto directo en los hogares más vulnerables, indica el informe. Para el 20% de los hogares más pobres de las familias con hijos, "el coste de la crianza es prácticamente inasumible", denuncia la organización humanitaria.
De hecho, casi 900.000 hogares no pueden cubrir este gasto, incluso destinando la totalidad de sus ingresos a ello. La creciente presión sobre las familias de clase media, especialmente entre los deciles 3 y 6 de ingresos, también pone en evidencia la falta de apoyo público y la creciente desigualdad social.
Nota: Los deciles dividen a la población en diez grupos iguales según sus ingresos. Por ejemplo:
1º decil: Los hogares con los ingresos más bajos (10% inferior).
10º decil: Los hogares con los ingresos más altos (10% superior).
Propuestas de políticas publicas
Ante esta situación, Save the Children insta a un aumento en el apoyo público a la crianza. Consideran que la crianza es una inversión crucial para el bienestar de la sociedad, y que es responsabilidad del Estado garantizar los recursos y servicios necesarios para cumplir con el principio del Interés Superior del Niño. Propone para ello medidas destinadas a mejorar la accesibilidad a servicios esenciales, como la educación y la salud, así como políticas de apoyo económico para las familias más vulnerables.