Vida y estilo

Crítica de 'Argentina, 1985': farsa feliz para un atroz pasado

Fotograma de Argentina, 1985

La reacción que Argentina, 1985 provoca, depende de la tolerancia de quien la mire hacia el populismo y la sátira. El tema, que huele a sangre y despierta al dolor, aborda el juicio a Videla y su plana mayor; el proceso y condena al genocidio que la junta militar argentina practicó en los 70. Lo que Santiago Mitre y Mariano Llinás ilustran, parte de lo real; del hacer del fiscal Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno (Peter Lanzani) y su equipo para conseguir que los asesinos pagasen por sus crímenes.

Ese abismo al que mira Argentina, 1985, ese agujero negro, rezuma ignominia. Y en los recovecos de ese proceso judicial que hizo posible restañar, al menos en parte, tanta insania, la eterna sombra que mancha a todo superviviente de un holocausto vuelve a cuestionarse: ¿por qué unos murieron asesinados mientras otros pudieron conservar su vida?

Llinás y Mitre reconstruyen el juicio que España jamás supo, ni pudo, ni quiso hacer a su dictadura. Con afán didáctico y voluntad comercial apenas hay alusiones sobre los orígenes de Strassera y Moreno, el contexto político y la mayor o menor connivencia de los nuevos políticos con aquellos que juzgaban.

Estamos ante un tablero que no admite trincheras ni líneas de sombra. Tampoco penetra en honduras. Es como si Mitre y Llinás no quisieran abrumar al público. Saben que el horror de aquella dictadura ha contado con impresionantes testimonios, por lo que, acotan las víctimas a lo simbólico y edifican un altar a la máquina judicial optando por la farsa. Frente al último velo del horror, Argentina, 1985 antepone cierta ironía, un humor casi grotesco aplicado por y en la mujer del fiscal (Darín).

Es la manera de restar solemnidad al héroe al mismo tiempo que se eluden cuestiones más espinosas. Con ese Darín que rezuma una dignidad emocional suministrada por su propia existencia, la película conmueve y atrapa. Es un retrato idealizado, epidérmico y manufacturado para no incomodar. Pero al mismo tiempo es una crónica oportuna sobre el deber de hacer justicia y lo mucho que mancha todo ello.

Argentina, 1985

Dirección: Santiago Mitre.

Guion: Santiago Mitre y Mariano Llinás.

Intérpretes: Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner, Carlos Portaluppi, Norman Briski y Héctor Díaz.

País: Argentina. 2022.

Duración: 140 minutos.

01/10/2022