Crítica de 'You won't be alone', de Goran Stolevski: La bruja que huye

El debut en el largometraje del australiano Goran Stolevski, You won’t be alone, ha sido una de las propuestas más interesantes y enriquecedoras de la Semana de Cine Fantástico y de Terror y demuestra la valentía de sus programadores al seleccionar un largometraje introspectivo, de cocción lenta, en el que la adscripción al género se diluye y que es más propio, quizá, del Zinemaldia. No estarás sola se enmarca en el folk horror pero a la vez huye de los códigos habituales de las películas de brujería, huye de ellos de la misma manera que su protagonista, una joven, bruja a la fuerza, huye de su destino, en una historia que vibra en la misma frecuencia que The other lamb, de la polaca Małgorzata Szumowska, con la que pugnó en 2019 por la Concha de Oro. La película, estrenada en el Festival de Sundance y que cuenta con la fuerza interpretativa de Noomi Rapace, reflexiona sobre la maternidad y sobre el peso de las consecuencias de las acciones de nuestros antecesores. Así, el largometraje relata la historia de la joven Nevena –así se llama la protagonista–, muda a causa de un pacto que su madre hizo con un ser telúrico que, finalmente, acabó convirtiéndola en un semejante, al más puro estilo de la tradición vampírica, pese a los intentos por evitarlo de su progenitora, a todas luces ajena a lo que es una profecía autocumplida. Como ocurre al final de La tempestad de Shakespeare cuando Miranda, que hasta ese momento solo ha conocido el mundo finito de la isla en la que vive, declama aquello de Oh, brave new world ante la perspectiva de un mundo nuevo de posibilidades que se abre ante ella, Nevena, tras vivir sus primeros años encerrada en una cueva, lo único que desea al salir es lo obvio: no volver jamás a estar encerrada. Es le ofrece la cruel Comelobos, la madre postiza que la tutela en el camino de la brujería, una prisión en forma de silencio, de soledad y de tradición, algo ante lo que la muchacha se rebela al optar por la huida, por soliloquios en off que no pueden ser acallados -y que destilan amor por Terrence Malick- y por vestirse los trajes de mil vidas distintas hasta encontrar su lugar en el mundo, sí, como madre.