Desde 2004 Bakio dispone de un sistema de estacionamiento regulado. El servicio de OTA se estrenó "en junio de 2004", tal y como recuerda el grupo municipal del PNV de Bakio, que destaca que por aquel entonces supuso "una importante novedad" que se instauró de junio a septiembre "para poner fin al descontrol que suponía la masiva afluencia de coches a la playa". Una iniciativa que fue "criticada por Sortu/Bildu con una dura campaña en contra: manifestación, encartelada, etc.", rememoran.
Hoy en día, con EH Bildu al frente del gobierno local, este servicio se mantiene y se acaban de publicar las últimas modificaciones para regular la emisión de tarjetas "a favor de familiares de hasta segundo grado de afinidad", explican los jeltzales, lo que supone que pueden acceder a ellas "yernos, cuñados, nietos, etc.", hasta un "máximo de dos tarjetas por vivienda temporal".
A lo largo de este tiempo, el balance del servicio es positivo a juicio de los jeltzales, que consideran que "los resultados de la OTA fueron y siguen siendo buenos", tanto en términos de regulación del estacionamiento como a nivel económico, ya que permite "cubrir gastos y generar superávit para reinvertir en la mejora continua de la movilidad".
No obstante, censuran "el carácter cambiante" del equipo de gobierno en este ámbito y recuerdan que "en 2017, EH Bildu tuvo la posibilidad de rescindir el servicio contra el que se posicionó en 2004, pero optó por prorrogarlo". Además ese año, "como coincidía con la amortización total de las instalaciones, las tasas se pudieron reducir al 50%", subrayan. Dos años después, en 2019, "ya no había opción a prórroga y había que licitar nuevamente el servicio", por lo que la coalición abertzale "pudo aprovechar para rescindirlo, pero aprobó un nuevo contrato por dos años más dos de prórroga".