Nuevo viaje de la Real y nuevas quejas de la afición por lo que tuvo que vivir en Niza. Así lo recogen las redes sociales este jueves, cuando desde primera hora de la madrugada se han llenado de quejas y lamentos de la situación que varias decenas de hinchas guipuzcoanos han vivido en la Costa Azul.
Ni el arranque de la quinta temporada consecutiva en Europa, ni el destino pese a cercano ni las fechas (septiembre, recién agotadas las vacaciones estivales) incentivó que la grada visitante del Allianz Riviera se llenara con más de 200 de los 1.600 realistas que cabían. Aun así, estos tuvieron que sufrir una situación de cierta inquietud que no fue a mayores y no hubo que lamentar ningún incidente.
Uno de los relatos más prolijos es el que @AitorErre ofrece en X (antigua Twitter), donde califica de "lamentable lo que ha rodeado a la salida de la afición de la Real del campo de Niza". Un duelo que comenzó a las 21:00 horas y terminó al filo de las 23:00 horas, con todo lo que supone vivirlo en un país extranjero y una ciudad desconocida (pocos realistas llevaban más de 24 horas en la Costa Azul). El estadio francés se encuentra a más de 9 kilómetros de la parte vieja de Niza.
Después de invitar a la afición realista a que disfrutara de la jornada en la Promenade de Flots Bleus del municipio Saint-Laurent-du-Var (a unos diez kilómetros del centro de Niza), y a cuatro kilómetros de este emplazamiento se hallaba el Parking des Pins, situado en un barrio no precisamente turístico, desde donde partían los autobuses lanzadera al estadio. La Real había recordado que ni kalejiras ni paseos amables por la zona: "Será obligatorio desplazarse al campo en el autobús lanzadera".
"Después de darnos varias vueltas y hacer varios rodeos sin sentido, nos han dejado de nuevo en el sitio donde nos habían recogido (algo parecido a un descampado de yonkis). Los tranvías de esa línea ya habían dejado de funcionar y hemos acudido a otra estación cercana", prosigue su relato @AitorErre, en el que explica cómo a esa nueva parada "no dejaban de llegar tranvías en la otra dirección retirándose a cocheras".
"Ante la pregunta de si iba a haber más tranvías hacia el Centro (a más de 1 hora y media andando), un par de conductores (con o sin mala fe) nos han dicho que sí", algo que no sucedió, "quedándose allí un montón de personas tiradas, entre los que había gente mayor y niños".
La solución no vino ni del club local, ni del realista ni de las autoridades locales, sino de la autoorganización: "Gracias a Uber hemos podido ir yendo hacia el Centro, teniendo que ayudar a gente mayor que no sabe manejarse con este tipo de aplicaciones".
"Yo entiendo que el tema de la seguridad lo decidirá la autoridad policial local, pero la Real debe preocuparse de si su afición tiene medios para volver al centro de Niza. En Roma por ejemplo a la vuelta los buses dejaron en Termini a los aficionados", recuerda @AitorErre el desplazamiento de hace dos años, antes de sugerir que en este tipo de situaciones, "la propia Real puede permitirse pagar un par de lanzaderas al centro de Niza".
El análisis crítico de lo ocurrido lo culmina "la genial idea del meeting point a 10 km. Sinceramente, se quitan las ganas de volver a viajar por Europa. Menos kiss cam y más preocuparse por su gente".
Viajes como el propio de la capital italiana (adonde la Real vuelve en unas semanas para jugar contra la Lazio), o el de Lisboa contra el Benfica, donde la seguridad del club lisboeta y la Policía lusa tuvieron un destacado mal papel son dos precedentes de estos últimos años. Dos viajes con un balance escaso pese a los intentos del club en mejorar la organización y que, junto al de Niza, desinflan la ilusión de una afición que más allá de lo deportivo suele aprovechar estas citas para viajar por Europa.
La afición, en un peligroso suburbio: "No pasó nada"
Otro de los realistas desplazados a Niza, un habitual como Xabier Almandoz, apoya el relato de @AitorErre ("tal como lo has contado") y a la par que alaba la organización previa al partido ("la Real tenía contratado personal de seguridad que nos recibió en el parking de marras antes del partido"), censura lo vivido a medianoche: "Lo que pasó después no tiene nada que ver con ellos que se portaron de 10".
Almandoz adjunta el vídeo de un reportaje que la cadena TF1 realizó en julio en esta zona de Niza, un barrio marcado por la "inseguridad, tráfico de drogas y la falta de salubridad". Los autobuses lanzadera procedentes del Allianz Riviera pararon en esta zona, "después de mil vueltas": "Lo de las vueltas en bus es una historia macabra. Volvimos al estadio de donde habíamos salido al rato de andar por una autopista precedidos por la policía".
"Y la Policía también desapareció con la demás gente", prosigue su relato Almandoz, que se reconoce afortunado de encontrarse antes del choque "con un monegasco de la Real que nos dijo que estábamos en barrio peligroso e incluso nos mostró fotos. Había quedado con su mujer que le recogía allí". Se ofrecieron a llevar a Almandoz al hotel en el que estaba: "No salí tan mal parado estando con él. A la ida quedé con Patxi (el de los pins) y gestioné todo lo relativo al traslado a ese parking. A la vuelta no le vi e imagino cómo lo tuvo que pasar".