Croacia fulmina a Brasil en los penaltis

Croacia, un país de cuatro millones de habitantes, cuna de deportistas de calidad en todas las disciplinas, ha puesto patas arriba el Mundial de Catar. Los balcánicos han dado toda una lección de fútbol ante Brasil, una de las grandes favoritas al título. En la tanda de penaltis, después de una eliminatoria intensa y donde la Canarihna no encontró su sitio, Modric y compañía lograron sacar el billete para su segunda semifinal consecutiva en el torneo. En Rusia, hace cuatro años, se quedaron a las puertas de la gloria. Ahora, quién sabe.

Sin miedo, Croacia salió valiente. Los pupilos de Zlatko Dalic apostaron por una presión alta, para no dejar que los brasileños llegaran con facilidad cerca del área. Los toques lentos y sin mucho riesgo se sucedieron en las filas de Tite, que no tuvieron problemas en conceder parte de la posesión al rival. Que Brasil es magia cuando la tocan sus hombres de arriba es notorio. Lo han demostrado durante todo el torneo. Parecen agazapados, pero los Neymar, Vinicius, Richarlison y compañía son bólidos. Cambian de velocidad en un par de toques y desarbolan cualquier entramado defensivo. A eso se fió el combinado sudamericano, que pinchó en hueso.

Obviando un disparo manso de Vinicius que atrapó sin problemas Livakovic, el héroe en la tanda de penaltis ante Japón, fue Croacia la que dispuso de la primera ocasión clara de la eliminatoria. Un desajuste en la presión la aprovechó Pasalic para poner un centro peligroso desde la banda derecha que no pudo empalar Perisic por centímetros desde el corazón del área. Poco después Modric, quién diría que tiene 37 años, le robó la cartera a Casemiro en la frontal, pero no encontró a un compañero. Un cuarto de hora de juego y la Canarinha no estaba nada cómoda. Nadie regala un puesto en las semifinales del Mundial, y menos un equipo curtido como el balcánico.

Brasil intentó subir de revoluciones, con Neymar pidiendo el balón. Lo mismo que Vinicius, que busca las paredes como muy pocos. Fue un espejismo, ya que Croacia aguantó con rigor y equilibrio. Juranovic, muy activo en el primer acto por todo el carril derecho, forzó la tarjeta amarilla de Danilo, que casi se lleva su cabeza puesta por una plancha. Los arlequinados seguían a lo suyo. Alisson no era exigido (un despeje con los puños y poco más), pero la Canarinha tampoco generaba ocasiones. Una falta lanzada por Neymar desde el vértice del área, que le salió centrada y atrapó Livakovic fue el único aviso de la pentacampeona antes del descanso, que se fue con deberes a los vestuarios.

La figura de Livakovic

Tite no varió las piezas en la reanudación, pero sus jugadores salieron con otro talante. Un gran centro de Militao lo sacó con el pie Livakovic tras tocar en Gvardiol. Acto seguido, lo intentó Vinicius picándola, pero se encontró de nuevo con el portero del Dinamo de Zagreb. Pidieron mano los brasileños de Juranovic, parecía clara, pero el colegiado señaló fuera de juego previo. Croacia achicaba como podía. Un gran pase en profundidad de Richarlison tras cuerpear con su marca plantó a Neymar ante la portería rival, pero una vez más el guardameta balcánico salvó a su equipo. Los acelerones de Brasil se repetían.

Poco antes de la hora de juego Antony entró por Raphinha, muy discreto. El seleccionador brasileño buscaba más velocidad, pero los croatas, toca que te toca, se repusieron de los apuros. Los vigentes subcampeones del torneo dieron una lección de fútbol control y de buen hacer con el balón. Brozovic, Modrid y Kovacic sacaron nota una vez más. Vinicius, otro que no mostró, ni de lejos, su mejor versión dejó su plaza en el campo a Rodrygo. Paquetá, tras un falló en el despeje de Lovren, casi marca el primero. Otra vez Livakovic lo evitó con una rápida salida. Igual de veloz se mostró en un uno contra uno ante Neymar.

El tiempo pasaba y los croatas cada vez estaban más cómodos, aunque con la gasolina justa. Los nervios en el gran favorito afloraron, sin fútbol para superar a su rival. Y la prórroga se acercaba irremediablemente en el estadio Ciudad de la Educación. Con Livakovic como un auténtico muro (se lo van a rifar los clubes de las grandes ligas), la Canarinha se frustró, incapaz de marcar su impronta ante un rival que no disparó entre los tres palos en el tiempo reglamentario. Poca fantasía. Con los dos equipos andando se llegó al tiempo extra, terreno conocido para Croacia.

Una genialidad de Neymar

Con mucho miedo a perder, Brasil intentó evitar la tanda de penaltis. A punto estuvo de marcar Brozovic tras un jugadón de Petkovic. Fue antes de llegar al descanso de la prórroga. Justo cuando apareció Neymar, firmando un gol al puro estilo Pelé, con el que igualó como máximo anotador con la elástica de Brasil (77). El jugador del PSG, que ya no daba para más en el apartado físico, arrancó a cuarenta metros de la portería. Con dos paredes impecables, la última con Paquetá de auténtico lujo, se presentó ante Livakovic, le regateó como un mago y la coló casi sin hueco.

Quedaban quince minutos de añadido y Brasil ya había conseguido abrir la lata. La sorpresa de los cuartos se alejaba, al menos por el momento. Con los croatas a la desesperada, Petkovic, en el primer disparo a portería de su selección en todo el encuentro, cantó bingo en el segundo acto de la prórroga. Orsic se internó por el costado izquierdo en una jugada que inició Modric, se la puso al ‘nueve’ balcánico, que tuvo algo de fortuna porque su disparo tocó en Marquinhos y despistó a Alisson.

Desde la lotería de los once metros, de nuevo con Livakovic como protagonista, Croacia certificó la sorpresa. El portero del Dinamo de Zagreb le detuvo el primer lanzamiento a Rodrygo y la Canarinha no se repuso. Marcaron Vlasic, Majer, Modric y Orsic, suficiente, porque solo Casemiro y Pedro estuvieron acertados. Además del extremo del Madrid, Marquinhos estrelló el balón en el palo. No hizo falta que Neymar lanzara. Los balcánicos ponen el Mundial patas arriba.