Comenzó la feria taurina tras dos años sin fiesta y once meses sin toros. El cartel tuvo que cambiar por una lesión muscular de Escribano al salir de un par de banderillas el pasado sábado en La Línea. Le sustituyó otro sevillano, Esaú Fernández, sin que el orden de lidia tuviera que cambiar. Como ocurrió por la festividad de San Fermín en Pamplona, por Santa Ana el regreso de los toros fue triunfalista y se dieron orejas a tutiplén. Ocho trofeos se repartió la terna de las efes: Ferrera (dos), Fandi (tres) y Fernández (tres). Un señor espetaba con comedida seriedad que la fiesta de los toros se la iban a cargar los propios taurinos, no los animalistas. Decía que lo toros estaban exageradamente afeitados. Es la historia negra de siempre en los toros; más los tiempos están como están y más están en la Tauromaquia. Ojalá el están sea mejor y haya momento; de momento es momento de contar que los que estuvieron en la plaza, incluso este señor, disfrutaron de una tarde entretenida y, por fin, con temperatura no tórrida y un agradable viento que, aunque blandió en exceso los engaños, despejó penurias y animó el gozo a cultura, tradición y fiesta.
Ad hoc los torillos de Marqués de Quintanar que con nobleza angelical propiciaron el corte de muchos de sus apéndices auriculares. Aunque las ocho orejas no alcanzaron la cifra novenaria en el debut de este hierro en esta plaza en agosto de 2021.
‘El Fandi’ clava un par al ‘violín’ a ‘Avanzado’, sujetando un sombrero en su mano izquierda.
Aún sabiendo la amplitud de romana y trapío entre los toros de Miura del pasado 14 de julio en la capital navarra y los quintanarillos de la capital ribera, Ferrera gustó más en Tudela que en la encerrona con la miurada. Otra cosa, sí; pero por lo menos pudo verse a un torero encajado, por momentos mimetizado con los dos toros de su lote. Al 1º, Golfante, le aplicó de primeras bastante pico. De menos a más hasta terminar sin el ayuda y toreando sobre la diestra. Estocada caída y oreja. Subió el tono artístico y la mimetización ante el 4º, un tal Buzón. Ferrera le aplicó un interesante parón, agachando la cabeza a un palmo de, eso, del buzonico del toro, que, además, en ocasiones claudicó doblando sus remos delanteros. Técnico, muy seguro, sudando la camiseta, muy metido, encajado, Mucho más fácil que en la encerrona, pero nada fácil tampoco. Por momentos, profundo y dominador sin estética, pero convincente. Dos pinchazos yendo andando desde 15 metros. Ruleta personal de descabello que no necesita incisión. Buzón se rinde. Oreja.
El Fandi cuajó dos soberbios tercios de banderillas. A su 2º, el 5º, de nombre Avanzado, lo crujió hasta en cuatro pares traserillos y lo desfondó corriendo de espaldas y templando con un sombrero. Si aguanta un poco más el bonito castaño, hablaríamos de rabo. Avanzado ya no podía con su alma de bravo. El lucimiento, reducido a un eficaz y estético golpe de verduguillo a lo Roberto Domínguez. El lío y las dos orejas si las consiguió del nobilísimo Lupito, que hacía 2º de la función.
Esaú Fernández cortó una oreja a Pelado con las cercanías buscadas al toro y a la solanera. Toro protestón y de menor clase. Oreja con escasa petición. El 6º, Toscano, a más, sacó buen fondo y dejó lucir temple con ambas manos al espigado torero sevillano. El parón final tuvo transmisión Eficaz espadazo y dos orejas. Y la terna, al completo, a hombros.