Por más que la Dirección General de Tráfico lleve décadas con el mítico eslogan de ‘Si bebes no conduzcas’ sigue habiendo demasiados controles de alcoholemia que arrojan resultados positivos, con el peligro que ello supone tanto para quien conduce ebrio como para sus acompañantes en el coche (si los tiene) y para el resto de conductores, peatones e incluso mobiliario urbano que una persona en ese estado puede cruzarse en su camino.
Esos controles se intensifican los fines de semana, cuando se multiplica el consumo de alcohol, principalmente entre los jóvenes, y en uno de ellos se vivió este pasado fin de semana una situación bastante surrealista. Ocurrió en el barrio de As Gándaras, en la ciudad de Lugo, que celebraba su fiesta en honor a San Xosé y donde varios agentes de la Policía Nacional desarrollaban unas labores de vigilancia en esa zona.
Un joven con el coche dañado
Hubo un momento en el que, según informa Televisión de Galicia, detectaron a un conductor joven que circulaba con un vehículo que presentaba numerosos daños y le dieron el alto. La explicación que les dio el hombre fue que había chocado contra un poste de piedra que se encontraba dentro de su propiedad, pero no acabó de convencer a los agentes, ya que apreciaron en él síntomas evidentes de embriaguez. Así que para salir de dudas y hacerlo oficial, procedieron a llamar a la Policía Local de Lugo para que se presentara en el lugar en el que se encontraban y procediera a realizar el pertinente control de alcoholemia.
El control reveló lo que los agentes habían supuesto: el joven dio positivo, aunque lo llamativo fue que arrojó una cifra cuatro veces superior a la tasa máxima de alcohol permitida, con lo que su coche fue inmediatamente inmovilizado y se le prohibió continuar conduciendo. El chico recurrió entonces a su padre. Lo llamó y le pidió que acudiera a recogerlo con su coche, y este así lo hizo. Pero no acabó ahí la cosa porque, para sorpresa de los policías, el padre se presentó también en un claro estado de embriaguez, como volvió a mostrar el alcoholímetro.
Un tercer familiar
Finalmente los agentes tuvieron que llamar al hermano del primer conductor que dio positivo (e hijo del segundo) para que acudiera a llevarse a sus dos familiares y a hacerse cargo de sus dos coches, que habían quedado inmovilizados. También tuvo que someterse a un control de alcoholemia, pero en su caso dio negativo.