Los siniestros de tráfico son la segunda causa de muerte infantil por accidente a pesar de que la cifra de menores de 14 años fallecidos en la carretera ha descendido un 90% desde 1990 hasta 2020 (ha bajado de 307 a 17).
Ante unas cifras que siguen siendo preocupantes, la Fundación Mapfre y la Federación de Asociaciones de Matronas en España (FAME) han presentado el estudio Seguridad vial infantil en el automóvil. ¿Viajan nuestros hijos siempre seguros?, que defiende el uso de sistemas de retención infantil para cualquier distancia y tiempo de recorrido porque "colocarlos correctamente evita el 75% de las muertes y hasta un 90% de las lesiones graves".
Entre las conclusiones de este informe, en el que han participado 800 familias con hijos, el 99,6% reconoce la importancia de transportar a un recién nacido en un portabebé de seguridad mirando hacia atrás o en un capazo homologado.
En el estudio, 6 de cada 10 familias afirma no saber que el alzador es recomendable hasta que el menor mide 1,50 centímetros (creen que es hasta 1,35) o hasta que el cinturón se ajuste perfectamente a las condiciones físicas del menor. Además, un 87,3% desconoce que utilizar un elevador con respaldo reduce el riesgo de daño en la cabeza y evita el contacto del niño con el lateral del vehículo.
Además, el 47% de los progenitores desconoce las tres excepciones en las que los menores pueden viajar en el asiento delantero: si todas las plazas traseras están ocupadas por menores, si el vehículo no tiene asientos traseros o no se puede instalar sistemas de retención infantil en la parte trasera.
El asiento más adecuado
Otro de los datos del informe de Mapfre revela que solo el 38,84% de los encuestados sabe que el asiento trasero en posición central es el más seguro para viajar los menores. Dicha ubicación es la que más protección ofrece al niño de los impactos laterales al ser la más alejada de las puertas laterales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayor parte de los automóviles no disponen de anclajes Isofix en el asiento trasero central, y sí en los laterales. Por lo tanto, si se va a utilizar el sistema Isofix, la ubicación ideal sería el asiento trasero derecho, ya que permite tener contacto visual con el niño y proporciona un acceso más seguro desde la acera para acceder a la sillita, tanto para su instalación, como para la entrada y salida del niño del vehículo.
Asimismo, el 34,3% de los encuestados desconoce que, cuando el bebé viaja mirando hacia atrás, el respaldo debe colocarse en una posición intermedia, entre horizontal y vertical, para permitir al niño dormir y evitar la asfixia postural.
Los resultados de este estudio también destacan que el 91,9% conoce el momento que la normativa marca para que los menores pueden viajar mirando hacia adelante, es decir, a partir de los 15 meses o los 10 kilos de peso. Sin embargo, la recomendación de los expertos es esperar a que los menores cumplan 4 años.
Además, recordar que una instalación incorrecta o la no utilización de sistemas de retención infantil supone una infracción grave: una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carné de conducir.