Descansar bien de noche es esencial para recargar pilas y comenzar el día llenos de energía para hacer frente a la rutina diaria. Invertir en un buen colchón y en una buena almohada es importante, pero no es suficiente.
A veces subestimamos la importancia de tener un buen descanso y resulta que es esencial para la salud. Dormir mal nos puede provocar dolores o molestias que nos acompañarán durante todo el día y si no los atendemos a tiempo, durante toda la vida. Un mal descanso se vincula a largo plazo con enfermedades como el alzheimer, la obesidad, la depresión, la diabetes o los problemas cardiovasculares.
La postura que adoptamos en la cama es esencial para disfrutar de un sueño reparador y de un buen descanso, y no todas son buenas. Aunque caigas rendido, presta atención cada noche a la forma en la que te acuestas para disfrutar de un descanso de calidad. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Las distintas posturas que puedes, y debes o no debes, adoptar al dormir son tres:
- Boca arriba. A esta posición se le llama decúbito supino y es una postura neutral y correcta a la hora de dormir. Pondremos una almohada debajo de las rodillas y colocaremos los brazos extendidos a los lados del cuerpo.
Es la posición ideal para evitar problemas de espalda, ya que así se reposa con la columna vertebral recta (sin forzarla) y repartiendo equitativamente todo el peso de tu cuerpo. Es importante que la almohada tenga el grosor adecuado para una perfecta alineación del cuello ya que sino aparecerán problemas cervicales.
Esta postura también ayuda a reducir la acidez estomacal, puesto que, al estar la cabeza un poco elevada, mantiene los ácidos gástricos alejados del esófago.
No es una postura adecuada para personas que padezcan apnea del sueño. La elevación de la cabeza produce una tensión en las vías respiratorias que dificulta el flujo de aire. Tampoco es recomendable si duermes acompañado, ya que es más probable que ronques.
- De lado. Los expertos coiniciden en que esta postura, conocida como posición fetal, es la mejor para dormir, y sobre todo del lado izquierdo. Las rodillas y las caderas deben quedar ligeramente flexionadas sin sobrepasar un ángulo de 90º, lo que permite mantener una buena alineación de la columna vertebral y de las caderas evitando así sobrecargas.
Hay que tener cuidado porque una excesiva rotación de la columna te provocará dolores de espalda. También se recomienda colocar una almohada entre las piernas.
Esta postura ayuda a aliviar problemas como el reflujo gástrico, los ronquidos, la dificultad respiratoria y favorece el drenaje linfático, lo que puede ayudar a prevenir ciertas enfermedades neurológicas como el Alzheimer o la esclerosis múltiple.
Pero, como la perfección no existe, esta posición, aunque es la más recomendable, también tiene algunas contrapartidas: se produce presión sobre las extremidades lo que puede llegar a provocar estrés en músculos y nervios y una mala circulación sanguínea en la zona de apoyo. Además, la fricción con la almohada puede producir un aumento de las arrugas en ojos, pómulos y barbilla.
- Boca abajo. Es la peor posición ya que al dormir apoyados sobre la parte delantera del cuerpo obligamos a nuestro cuello a permanecer girado durante muchas horas en una posición nada adecuada. Así, sometemos toda la zona cervical (músculos, nervios, tendones y huesos) a un estrés continuo debido al exceso de rotación de la columna vertical.
Dormir boca abajo puede causar serios problemas de espalda y, en especial, cervicales, como tendinitis o lumbalgia. Además, puede suponer un impacto negativo en la digestión y la circulación.
En el caso de los bebés, la evidencia científica apunta ya hace años que dormir boca abajo puede aumentar el riesgo de que sufra el síndrome de muerte súbita del lactante.
Trucos para corregir la postura
Si eres de los que duermes boca abajo tal vez hayas intentado cambiar de postura, pero te resulta muy difícil conseguirlo. Es casi imposible controlar la posición de nuestro cuerpo mientras dormimos, sin embargo hay algunos trucos que pueden resultarte muy útiles para corregir tu postura:
- Almohadas. Túmbate para dormir boca arriba y coloca almohadas a los dos lados de tu cuerpo. Así, tu cuerpo quedará encajado y no podrá darse la vuelta. Para dormir de lado, colócate una almohada entre las piernas y otra en la espalda para que no puedas girarte.
- Pelota de tenis. Coloca una pelota de tenis o algo similar dentro de la almohada o en el pijama de forma que si cambias de postura te será muy incómodo y tendrás que volver a la postura original.
- Compañía. Si duermes con otra persona pídele que te avise cuando estás durmiendo boca abajo para poder corregir la posición.
Puede que no te resulte fácil cambiar tu postura después de muchos años durmiendo de una determinada forma, pero si estás seguro de querer hacerlo, con perseverancia y estos pequeños trucos lo puedes lograr.