La caza de patos y ansarones ha sido en Navarra desde tiempos inmemoriales una actividad cinegética de gran tradición por parte de nuestros mayores al ser el Pirineo navarro la vía al ser el de menos altitud de la cordillera, y por tanto la más utilizada en su deambular migratorio por la mayor parte del contingente de aves acuáticas que anidan en el norte de Europa y que pasan el invierno en los humedades del centro y sur peninsular y África.
Se trata de una de las actividades cinegéticas más puras y duras que puede llevar a cabo un cazador, ya que se lleva a cabo en las cercanías de espacios de agua en los rigores del invierno, para lo que hace falta ropa que nos proteja del frío y la humedad, enfocada a unas aves que tienen muy desarrollados sus instintos, y que si se les ha tirado previamente son extremadamente cautelosas, por lo que la dificultad de su caza se acentúa al máximo, siendo necesario engañarlos con reclamos y cimbeles, cuyos permisos son cada vez más difíciles de obtener.
Aparte de las abundantes poblaciones de ánades reales, comúnmente llamados azulones que viven aquí todo el año, a partir de la segunda quincena de diciembre se pueden ver en las lagunas de la Comunidad foral miles de ejemplares de ánades reales o azulones, cercetas comunes, porrones comunes y moñudos, patos cuchara, ánades frisos, silbones y rabudos, etc y si arrecia el frío los preciosos ansarones de los cuales ya se han visto algunos bandos, y excepcionalmente incluso algunos ejemplares de cisnes, como últimamente se han visto en la balsa de Zolina en el Valle de Aranguren.
Lo que no están de acuerdo los cazadores navarros y en especial ADECANA es que una caza tan tradicional que se ha llevado a cabo durante generaciones, el Gobierno de Navarra, si bien a través de la Orden de Vedas que publica cada año tiene en unos de sus epígrafes autorizada la caza de anátidas, en la práctica en una actitud excesivamente conservacionista y prohibitiva, la limita vía prohibición de espacios y especies.
Limitación de espacios
Dado que la caza de estas especies está muy relacionada con los humedales donde viven, en la práctica limita al máximo su aprovechamiento cinegetico al haber protegido el 90 %de lagunas donde tradicionalmente se han cazado. Ejemplo de ello son las lagunas de Pitillas, de las Cañas en Viana, la del Juncal en Tafalla, la de Lor entre Cascante y Tafalla, la Badina Escudera en Villafranca, precisamente salvada de su desecación por los cazadores, o la muy cercana a Pamplona la de Loza, tan querenciosa para el avistamiento de Ansarones. Por ello, dado que en la mayor parte de ellas no está permitida la caza, si un cazador navarro quiere cazar en algun humedal que esté permitido tiene que buscarlo con lupa.
Limitación de especies
Contrariamente a lo regulado en el resto de comunidades limítrofes, en Navarra únicamente está permitida la caza de las siguientes anátidas: ánsar común, cerceta común, ánade real, focha común, avefría y agachadiza común, desde el 1 de noviembre de 2022 hasta el 29 de enero de 2023, los jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional, foral o local.
Zonas de seguridad
A estas limitaciones hay que sumar que mediante la ley de caza y su reglamento se han establecido como zona de seguridad los ríos, sus cauces y sus márgenes, y en estas últimas sus límites son de cinco metros medidos desde las riberas de los cauces de aguas, por lo que únicamente se pueden cazar las anátidas permitidas disparándoles hacia fuera a partir de esa distancia. Además de ello, hay que tener en cuenta que está prohibido disparar en dirección a las zonas de seguridad, siempre que el cazador no se encuentre separado de ellas por una distancia mayor de la que pueda alcanzar el proyectil o que la configuración del terreno intermedio sea de tal manera que resulte imposible batir la zona de seguridad. O sea, que hay que hilar muy fino para capturar algun ejemplar si queremos cazar de acuerdo a la legalidad.
Normativa y comparativa con otras comunidades
A excepccion de las Comunidades de Madrid y Marcial en el resto de autoriza su caza. A modo de ejemplo, dada la abundancia de ejemplares los ansarones se permite cazarlo en 33 provincias, el azulón y la cerceta común y el ánade real o azulón en 48, Pero en cambio estas otras especies no se permiten en Navarra y sin embargo si en otras provincias, como es el caso del porrón común que se permite en 45, ánade silbón en 41, pato cuchara en 40, ánade friso en 37, porrón moñudo en 36, ánade rabudo en 24, y pato colorado en 19. Esto es un agravio comparativo que no merecen los cazadores navarros.
A modo de ejemplo en comunidades limítrofes con Navarra, en Aragón está permitida desde el segundo domingo de octubre y periodo más amplio de caza el ánade real o azulón, el pato cuchara, el pato colorado, el ánade friso, el ánade silbón, el ánade rabudo, el porrón moñudo, la cerceta común y el ánsar común. O en Gipuzkoa donde está permitida la caza de Ánsar común, ánade friso, cerceta común, ánade azulón, pato cuchara, porrón común, porrón europeo, y focha común. Dado que Navarra el 90 % de los humedales están protegidos la afección sería mínima si se procede a autorizar las especies que restan de aprobarse.
Uno de los problemas que aducen los técnicos de medio ambiente del Gobierno de Navarra es que en el anterior catálogo de especies amenazadas de Navarra, el cual ha finiquitado su periodo de aplicación, varias de las especies que Adecana lleva muchos años que se permitan cazar estaban incluidas como objeto de protección. Pero dado que en breve se ha anunciado a esta asociación que se va a someter a información pública el borrador del nuevo catálogo y muchas de ellas han aumentado significativamente el número que ejemplares que de ellas han censado, esperamos que puedan ser incluidas en próximas Ordenes de Vedas.