Empecemos por lo obvio. ¿Qué supone este reconocimiento de los suyos y en su propia casa?
“ Comparto este premio con todas y cada una de las personas que lo han dado todo para que yo sea distinguido de esta manera ”
Puede parecer tópico, pero es un honor. Por la Fundación, por el nombre de Sabino Arana, porque es un reconocimiento al trabajo, por los lehendakaris que lo han recibido, por todas las personas que han recibido el premio y por las que lo reciben este año. No puedo sentirlo solo como algo personal. Tengo que compartirlo con tantas y tantas personas que lo han dado todo para que yo sea distinguido de esta manera. Y, por supuesto, pienso también en mi familia, que me ha acompañado en toda mi andadura política.
Siete meses ya desde que cedió la makila. ¿Sigue viendo la actualidad con ojos de lehendakari?
No. Creo que he tomado la suficiente distancia para no alejarme de lo que es el interés de la política, por la que siento pasión, pero también para no tener la cercanía que provoque en mis sentimientos el recuerdo del pasado, un pasado que ya corresponde a otra etapa de mi vida. Analizo la situación política de Euskadi y la situación política internacional con otros ojos.
¿Cómo está viendo hasta ahora a Imanol Pradales y a su gobierno?
“ Me siento muy satisfecho de lo que está haciendo Imanol Pradales en tanto que supone una línea de continuidad con lo que hicimos antes ”
Veo positivamente el inicio de esta legislatura. Me siento muy satisfecho en cuanto que veo una continuidad de todo un legado que dejamos escrito, documentando desde cada uno de los Departamentos de lo que fue la última legislatura para que el lehendakari tuviera conocimiento exhaustivo de todo lo que se hizo en nuestra andadura. Lo veo con tranquilidad y espero que esos cimientos sirvan para la gestión del gobierno de Imanol Pradales.
Desde la oposición, y sobre todo, desde EH Bildu, se suele sacar a colación su nombre como si encarnara un tiempo superado y estuviéramos ahora en una nueva era.
Supongo que es el juego de la política en la oposición, tratando de meter el dedo en el ojo a quien tiene la responsabilidad de gobernar a base de comparativas que son absolutamente inútiles. Como dice el refrán, cada tiempo tiene su afán. Nosotros intentamos hacer una política muy pegada al contexto y a la realidad social complicadísima que nos tocó gestionar. Tuvimos como base fundamental el compromiso con las personas, la búsqueda del pacto social y el trabajo conjunto entre lo público y lo privado. Espero que eso quede como base para el modo de hacer política.
Los números avalan que prácticamente todos los indicadores mejoraron notablemente en el transcurso de sus tres mandatos. Sin embargo, hay quien se empeña en presentar su etapa como una época de retroceso.
Se dice que el dato mata al relato. Yo me siento muy satisfecho del apoyo que he recibido de la sociedad como lehendakari. Los datos están ahí. Después de haber afrontado una sucesión de tempestades (crisis económica global arrastrada desde 2008, Brexit, pandemia del covid, crisis derivada de la invasión rusa de Ucrania...), ha habido una evolución muy positiva a nivel de cohesión social, a nivel de evolución económica, a nivel de evolución industrial y en cuanto a proyección internacional. Lo dicen las cifras.
¿Es Osakidetza el horror que todavía se está pretendiendo contar?
“ Creo que ha habido un interés político extraordinario en desprestigiar la gestión de lo público que ha llevado a cabo el PNV ”
En absoluto. Esta es una de las cuestiones que inciden en la necesidad de contextualizar la gestión de lo público no solo en función de lo propio sino de la situación del entorno. Es obvio que ha habido un interés político extraordinario -recalco: extraordinario- en desprestigiar la gestión de lo público que ha llevado a cabo PNV. Sin embargo, creo que hemos hecho todo lo posible en función de la realidad que nos ha tocado afrontar para que la calidad del servicio no haya sido mermada. Y así lo reconocen, por ejemplo, la Federación de Defensa de la Sanidad Pública del Estado español.
Eso no quiere decir que no sea consciente del descontento de una parte importante de la ciudadanía vasca sobre la evolución de nuestro sistema de salud.
Evidentemente. Creo que siempre es necesario atender la percepción social, que a veces puede ser dirigida, pero también desde la consciencia de lo que se está haciendo. Sí es verdad que somos conscientes de los ámbitos de mejora. Lo hemos sido siempre en todos los órdenes de la gestión pública y del servicio público a la ciudadanía.
¿Qué piensa cuando escucha que su mandato se ha caracterizado por la falta de autocrítica?
“ No creo que nadie haya pedido perdón en la tribuna del Parlamento Vasco y en otros foros más veces que yo ”
Las consejeras y los consejeros pueden hablar del nivel de autoexigencia que hemos mantenido. La autocrítica yo la he hecho públicamente. No creo que haya nadie que haya pedido perdón en la tribuna del Parlamento Vasco más veces que yo. Y no solo ahí. He ejercido la autocrítica en todo tipo de actos, foros, entrevistas... La hemeroteca está ahí.
También sus detractores le achacan poca disposición al diálogo. Usted lo desmiente con cifras.
Más del 75 por ciento de las 130 leyes que han sido aprobadas en mis tres mandatos han tenido el concurso de una o varias formaciones de la oposición. Eso, pese a que en las dos últimas legislaturas el gobierno de coalición ha tenido mayoría absoluta. Creo que es el precedente de la búsqueda de pactos sociales e institucionales que ahora se pueden seguir. Manifiesta una voluntad de diálogo, una capacidad de negociar y un ejercicio de la necesidad de alcanzar acuerdos por el bien de la sociedad.
¿Se sintió siempre arropado por sus gobiernos?
Totalmente. He de reconocer el esfuerzo que han hecho todos y todas los consejeros y consejeras y sus equipos y me he sentido plenamente respaldado, arropado. Estoy en deuda con todos y cada uno de ellos porque han dado todo lo mejor de sí mismos y de sí mismas durante el tiempo que nos ha correspondido gestionar.
Con el socio principal, el PSE, hubo momentos en los que las relaciones fueron tirantes.
Bueno, no diría yo que más allá de la lógica de dos partidos políticos diferentes con unos principios fundacionales, unos principios ideológicos y una práctica política también diferente. Pero creo que esas diferencias las hemos sabido resolver en una relación interna entre miembros de dos formaciones y de un gobierno que tenían claro que debían responder a un programa de gobierno.
¿Le da muchas vueltas a la decisión de su partido de apostar por relevarlo?
No, no le doy vuelta alguna. Ya dije públicamente en septiembre de 2023, dos meses antes de que se conociera la noticia, que, como ha sido siempre, el PNV era libre de tomar la decisión que estimara pertinente. Una vez que el Partido Nacionalista Vasco me comunicó cuál fue su decisión, yo inmediatamente supe que, cuando llegara el momento, tenía que pasar página.
Antes de que se precipitara todo, ¿había tomado usted una decisión respecto a si convenía seguir o era mejor hacerse a un lado?
Bueno… nadie me preguntó nada, así es que nadie va a saber lo que yo pensaba entonces.
¿Cómo está viendo ahora el proceso interno del PNV? ¿Qué le parece la decisión de Andoni Ortuzar de someter su continuidad a la afiliación?
Siempre me he caracterizado por el respeto a la vida interna del partido y sus reglas, como cualquier otra organización. Respeto profundamente los procedimientos y yo no me voy a pronunciar públicamente. Si tengo algo que decir, lo diré donde me corresponde, que es en el ámbito interno del Partido Nacionalista Vasco.
¿Se parece algo este proceso al que usted vivió antes de llegar a presidir el EBB en 2008?
Me tocó una etapa después de un proceso complejo para la sustitución de Xabier Arzalluz -una figura por la que tengo el mayor de los respetos- a cargo de Josu Jon Imaz, con un compromiso absoluto para afrontar ese relevo. Luego, Josu Jon Imaz decidió abandonar la política, y me correspondió a mí sustituirlo. Afronté una situación que entonces también era delicada, pero no creo que sea posible hacer comparaciones entre momentos distintos como aquel y este.
¿Recuperará el PNV el vigor que tuvo, la centralidad, que sigue manteniendo, aunque ahora más disputada?
Disputada, sí, en una estrategia por parte de una izquierda abertzale que ha venido durante 40 años modificando su discurso absolutamente, desde el maximalismo radical en base a una ideología identitaria que escondía también otros objetivos ideológicos y políticos, a un pragmatismo, a un gradualismo también, a una realidad que es la que el Partido Nacionalista Vasco siempre ha defendido y ha caracterizado. Pero el Partido Nacionalista Vasco a lo largo de su historia ha sabido también afrontar los tiempos y desde ese ejercicio de combinación del ideal con el realismo, afrontar también el mejor planteamiento para el conjunto de la sociedad.
¿Se explica la pujanza de Bildu?
“ Por lo que respecta a la pujanza de EH Bildu, me disgusta que en el plano ético se haya pasado página de una forma tan rápida ”
Me la explico y no es agradable para quienes hemos tenido una responsabilidad política y, además, un compromiso político basado en los derechos humanos, en una ética, en unos principios, en unos valores determinados.
¿Se ha pasado muy rápidamente la página ética?
Yo reivindico una memoria total, sin olvido, y un ejercicio permanente de construcción de la memoria, para una base de no repetición de errores del pasado o no repetición de traumas que todavía hoy existen como consecuencia del pasado. Me parece que no es admisible que caigamos en ese pretendido pase de página, que va contra una indispensable construcción social de la convivencia desde el respeto al pluralismo y a la diversidad.
“Me alegra que mis propuestas para renovar el pacto estatutario tengan vigencia”
¿Habrá esta legislatura acuerdo para la renovación del pacto estatutario?
Debería haberlo. Yo inicié mi andadura como lehendakari en 2012, haciendo un planteamiento de diálogo, voluntad de acuerdo, negociación y acuerdo ratificado. Eso tuvo su reflejo en una ponencia de autogobierno en el propio Parlamento Vasco. La ponencia de autogobierno ha vivido vicisitudes diversas a lo largo de estos casi doce años y espero que ya en este momento, culminándose también lo sustancial del Estatuto de Gernika, alcancemos un acuerdo de lo que debe ser un nuevo estatuto.
¿Ve al Gobierno español ahora dispuesto a reconocer en serio y no de una forma folclórica a Euskadi como nación?
Creo que el PSOE debiera hacer un recordatorio de su posición en el año 1974 en el Congreso de Suresnes en cuanto al derecho de autodeterminación, incluso. O también de sus debates en cuanto a lo que es nación cultural o nación política y, en este sentido, el reconocimiento de una nación con voluntad real de serlo.
Las propuestas que están ahora mismo sobre la mesa -y que defiende el lehendakari Pradales- se basan en planteamientos de reflexión que usted hizo.
Sí, se trata del “Concierto Político con el modelo de Concierto Económico” y de la propuesta que sigo defendiendo para reflexionar y abordar el modelo de Estado trabajado en una “Convención Constitucional”, así como del concepto de “Nación Foral” o mis apelaciones a la bilateralidad o la confederabilidad.
Sus relaciones con los presidentes del gobierno español tuvieron sus más y sus menos. Le hago una pregunta quizá simplista: ¿Con quién se entendió mejor, con Rajoy o con Sánchez?
No hago diferencias. Son etapas distintas las que me han tocado con uno o con otro. Con Mariano Rajoy me correspondió el final de ETA, y en ese sentido, eso tuvo su importancia en la relación con él. Con Pedro Sánchez era la necesidad de avanzar en el autogobierno. Tengo una cierta frustración tanto con uno como con otro en lo que ha sido el avance en el autogobierno de Euskadi.
Hubo un momento en que usted se implicó para destensar la confrontación del soberanismo catalán con el Estado. Pudo haberse achicharrado, pero no lo dudó.
Sí, pude hacerlo, pero asumí ese compromiso que me fue solicitado también desde Catalunya, no como mediador sino como interlocutor que facilitara una relación entre los gobiernos español y catalán y entre partidos políticos. En ese sentido, asumí el riesgo y lo intenté hasta el final. Aquello, en un primer momento, no prosperó pero hoy siento la tranquilidad de conciencia por haber hecho lo que creía que tenía que hacer.
Vayamos al presente y al futuro. Su fundación con vocación europeísta y una visión global desde Euskadi tiene que estar a punto de su presentación en sociedad.
—Sí, estamos ya en los últimos trámites administrativos. Llevamos trabajando desde julio. Yo creo que podremos presentarla antes del fin de este trimestre.
Es un proyecto que representa lo que ha caracterizado no solo sus tres mandatos sino su trayectoria política: tener una mirada abierta al mundo sin perder la perspectiva vasca.
—Creo que es importante saber leer el contexto y tener claro que no somos una isla sino que pertenecemos a un mundo global. Este es el concepto de nacionalismo abierto, solidario, abertzale, y cosmopolita que siempre he defendido y seguiré defendiendo.
En los planteamientos de la entidad cuyo nombre conoceremos pronto (no es el primero que se publicó) se vislumbra también una preocupación por el deterioro de la calidad democrática en todo el planeta.
“ Me preocupa mucho la evolución del mundo y la expansión de los populismos demagógicos de uno u otro corte ”
—Claro. Me preocupa la evolución del mundo y la expansión de los populismos demagógicos de uno u otro corte. Abogo por el multilateralismo frente al proteccionismo a ultranza y la bipolarización. Todo esto es lo que me mueve a partir de la convicción de que desde Euskadi también podemos ayudar en la lucha por la mejora de la democracia.