Es complicado ver medio lleno el vaso de los cachorros cuando la trayectoria del Bilbao Athletic se ha parado este fin de año 2021 en los peligrosos puestos de descenso de la recién creada Primera RFEF. Dos triunfos, uno fuera en Zamora en la primera jornada y otro en casa a finales de septiembre frente al Logroñés UD, junto con sus empates, significan trece míseros puntos que solo dan para vivir en el puesto tercero empezando por la cola. Algo que para el aficionado rojiblanco parece muy poco, tras haber vivido muy de cerca el posible ascenso del filial rojiblanco a LaLiga SmartBank en el pasado mes de mayo, con el entonces entrenador Joseba Etxebarria.
Quizás, el ver tan cerca el escalón de plata hizo olvidar el gran potencial que ha supuesto la nueva Primera RFEF y a medida que han transcurrido las jornadas el conjunto bilbaino no ha hecho más que cavar un agujero más grande en un pozo del que va a ser complicado salir. Incluso desde Ibaigane se optó por destituir a Imanol de la Sota, una apuesta del Athletic, premiando la labor de un entrenador de la casa, joven. Y, en el último encuentro vivido en Lezama, con un nuevo revés de 0-2 ante el San Sebastián de los Reyes, debutó Patxi Salinas, procedente del Basconia para intentar enderezar la nave rojiblanca.
Examinado con detenimiento el presente año del Bilbao Athletic, De la Sota intentó de todo. El técnico de Santurtzi apostó por el habitual 4-4-2 y viendo que el sistema no funcionaba probó en algunas fases con un 3-5-2, pero ni por esas. Los cambios en el esquema rojiblanco le dieron la espalda al equipo y los triunfos, que en anteriores temporadas eran habituales, se volvieron esquivos. Tampoco las lesiones han ayudado al equipo. Sobre todo las de sus hombres de ataque, como el año pasado, que han dejado huérfana a la punta de ataque del equipo bilbaino. Urain y Tascón no han podido jugar con regularidad y se ha optado por el falso nueve de Artola y Serrano que tampoco ha surtido efecto. Además, la marcha de Nico Williams, Imanol, Luengo, Baqué no parece ser la excusa principal como para que al equipo le cueste ganar tanto. Para colmo los jugadores que han ascendido del Basconia tampoco han aportado lo que se esperaba y los que repetían curso no han resultado decisivos. Se ha tirado de juveniles como Luis Bilbao o Malcolm, el año pasado en el Santutxu, buscando un revulsivo que tampoco nació.
La eterna pregunta que surge es qué se considera más primordial: formar jugadores para la primera plantilla o tener al equipo filial en la categoría más alta posible. Es evidente que las dos opciones son buenas pero, como ocurre este año, no siempre van bien avenidas. Y puede sorprender ver al Bilbao Athletic tan abajo clasificado, pero al observar los últimos ascensos a la plantilla de Marcelino el vaso también se puede ver medio lleno. De verdad. Agirrezabala, Vivian, Sancet, Vencedor, Zarraga, Nico Williams, Paredes y Nico Serrano parecen simientes suficientes para seguir haciendo crecer en el primer equipo la gran cantera con que trabaja Lezama. Así que lo del vaso es lo de siempre, depende de cómo se mire.
Lo que sí se puede decir con rotundidad es que al Bilbao Athletic, hasta el momento, le ha venido grande esta exigente categoría. Deportivo, Racing, Cultural Leonesa, Badajoz, Extremadura y Zamora (estos dos últimos, en horas bajas) eran equipos de capitales de provincia que daban miedo sobre el papel. Además en esta primera vuelta han surgido equipos revelación y Unionistas, Racing Ferrol, Logroñés y Real Unión se han colado en la zona alta. Lo que no ha habido es lugar para despistes, así que el Bilbao Athletic deberá dar un golpe de efecto en la clasificación si no quiere verse en una categoría inferior. Aunque mientras se sigan exportando jugadores al primer equipo...