Actualizado hace 4 horas
El atún enlatado es uno de los alimentos más consumidos debido a su alto contenido en proteínas y su facilidad de preparación. Su versatilidad lo convierte en una opción ideal para ensaladas, bocadillos o platos de pasta. Sin embargo, también existe una creciente preocupación por los niveles de mercurio que este tipo de pescado puede contener.
Roberto Sánchez, un dietista-nutricionista con más de 18.000 seguidores en TikTok, ha abordado este tema en uno de sus vídeos. En él, explica cuántas latas de atún se pueden consumir semanalmente sin que esto suponga un riesgo para la salud. Según su análisis basado en recomendaciones oficiales, existe un límite seguro de ingesta que debemos conocer para evitar una exposición excesiva al mercurio.
El riesgo del mercurio en el atún
El mercurio es un metal pesado que se encuentra de manera natural en los ecosistemas acuáticos y que puede acumularse en los peces a través de la cadena alimenticia. Los efectos del mercurio en la salud pueden ser graves, afectando especialmente al sistema nervioso y al desarrollo cognitivo, sobre todo en poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas y niños pequeños.
De acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), el límite máximo de exposición semanal recomendado es de 1,3 microgramos de mercurio por kilogramo de peso corporal. Esto significa que, para una persona que pesa 70 kilos, el consumo semanal de mercurio no debería superar los 91 microgramos. Superar esta cantidad de forma habitual podría incrementar el riesgo de acumulación en el organismo y causar problemas de salud a largo plazo.
¿Cuántas latas de atún se pueden consumir sin riesgo?
Roberto Sánchez detalla en su vídeo que la cantidad de mercurio presente en el atún depende del tamaño y la especie del pez. Los ejemplares de mayor tamaño, que han vivido más tiempo, tienden a acumular más mercurio en sus tejidos. En base a los valores estimados de mercurio en el atún enlatado, un adulto promedio de 70 kilos podría consumir hasta seis latas pequeñas (de aproximadamente 52 gramos de peso neto escurrido) a la semana sin superar el límite recomendado de mercurio.
Si se trata de latas de mayor tamaño, de alrededor de 104 gramos escurridos, la cantidad recomendada disminuye a unas cuatro latas y media semanales. Esto se debe a que el contenido de mercurio es proporcional a la cantidad de pescado consumido.

Ensalada con atún.
Diferencias según el tipo de pescado
No todos los pescados contienen la misma cantidad de mercurio. Mientras que el atún y el pez espada tienden a presentar concentraciones más altas debido a su tamaño, otras especies más pequeñas acumulan mucho menos de este metal pesado.
Sánchez menciona que existen opciones más seguras para el consumo regular de pescado enlatado. Por ejemplo, una persona de 70 kilos podría consumir hasta 22 latas grandes de caballa a la semana sin riesgo. En el caso de sardinas o boquerones enlatados, la cantidad recomendada es incluso mayor.

Sardinas en lata sobre una mesa de madera.
Consejos para un consumo responsable
Para minimizar los riesgos asociados al mercurio sin renunciar a los beneficios del pescado, los expertos recomiendan:
- Alternar el consumo de atún con otras fuentes de proteína como legumbres, huevos y carnes blancas.
- Optar por pescados pequeños, como sardinas, boquerones o caballa, que contienen niveles mucho más bajos de mercurio.
- Consultar las etiquetas de los productos, ya que algunas marcas ofrecen atún de especies con menor contenido de mercurio.
- Controlar la frecuencia de consumo, evitando la ingesta diaria de atún enlatado y optando por variedad en la dieta.
El atún enlatado es un alimento nutritivo y práctico, pero su consumo debe moderarse debido a la posible presencia de mercurio. Según las recomendaciones de la EFSA y la explicación de Roberto Sánchez, una persona promedio puede ingerir hasta seis latas pequeñas o cuatro latas y media grandes de atún sin preocupaciones.
Para aquellos que deseen reducir su exposición al mercurio sin dejar de disfrutar del pescado enlatado, existen alternativas como la caballa, las sardinas o los boquerones, que permiten un consumo mucho más alto sin riesgo para la salud. La clave está en la variedad y en tomar decisiones informadas para mantener una alimentación equilibrada y segura.