Con la llegada del verano muchas personas deben destinar una parte de su presupuesto vacacional a la gasolina que les permita llegar en coche a su destino, hacer una ruta o utilizar un coche de alquiler. Y es cuando uno puede plantearse qué podría costar un litro de combustible si no se le aplicaran los diferentes impuestos que recauda el Gobierno a través de la Agencia Tributaria.
Casi la mitad son impuestos
Unos impuestos que provocan que su precio se incremente notablemente, casi llegando a duplicarse, aunque en España son menos elevados que en países vecinos como Francia. De ahí lo habitual de ver cómo numerosos coches con matrícula francesa cruzan la frontera para repostar en estaciones de servicio españolas. Una reducción de precio que a lo largo del año puede suponer mucho dinero si se usa el vehículo con frecuencia, aunque afortunadamente los combustibles no se encuentran en los últimos tiempos a los precios tan altos que alcanzaron meses y años atrás.
Según calcula la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), tomando como modelo los precios de febrero de 2022, el 47% del precio final de un litro de gasolina sin plomo 95 y el 43% del de un litro de diésel son impuestos.
Buena parte, para las CCAA
El primero de ellos es el Impuesto Especial a los Hidrocarburos (IEH), que tiene un tipo impositivo general, de 0,4 euros el litro de gasolina, y uno especial, de 0,072 euros el litro. El segundo impuesto gubernamental es el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que para los carburantes es del 21% y que se calcula una vez aplicado el IEH. Eso sí, aunque estos dos impuestos los recaude el Ministerio de Hacienda, el 58% de lo obtenido con el IEH y el 50% del IVA se cede a las comunidades autónomas de régimen común (Navarra y País Vasco tienen sus propios convenios). Además, otras cantidades menores se destinan a municipios capitales de provincia, capitales de comunidad autónoma o que tienen más de 75.000 empadronados (en torno al 2,9% del IEH y al 2,3% del IVA), y también a las provincias y los cabildos y consejos insulares (1,7% del IEH y 1,3% del IVA)
Así, tomando como modelo la gasolina sin plomo, de 100 euros gastados al repostar 47 serían impuestos. De ellos 26 se cederían a las comunidades autónomas y, tras descontar lo que se transfiere a otras entidades locales, el Gobierno central se quedaría con 19 euros. De los 53 euros que son de impuestos, 38 serían el precio del combustible en el mercado mayorista y 15 los costes de distribución y los márgenes que se llevan las gasolineras.