Desde siempre, y más en estos tiempos, vigilar nuestros datos personales es algo que cobra mucha importancia. Asimismo, hay un detalle que muchas personas ignoran: el gran valor económico que tiene compartir esta información. Si bien no se suele recomendar hacerlo, en ocasiones cuenta con grandes ventajas.
Un truco muy práctico
Para entender el por qué de esto, un profesor universitario, doctor e investigador llamado Fran García ha publicado en su cuenta de TikTok cuánto cuestan los datos que cada persona aporta en diversas transacciones durante su día a día.
"Por ejemplo, un historial médico puede valer 100 euros, las alergias conocidas 10 euros y la información sobre enfermedades crónicas 30 euros", revela el creador del contenido, argumentando que los datos sanitarios son de los más cotizados.
No ocurre lo mismo, sin embargo, con otro tipo de información: "Tu edad cuesta solo 20 céntimos, tu código postal 10 céntimos. Cuando vas a una tienda como Decathlon y aceptas recibir la factura por email, estás proporcionando datos por un valor de aproximadamente 1,60 euros".
¿Cobrar por nuestros datos?
Dada la conciencia que ha generado este tipo de prácticas entre la ciudadanía, circula la duda de si estos podrían llegar a recibir dinero por ceder datos personales. Para Fran García, esto es muy factible y más pronto que tarde podríamos llegar a verlo.
Tal y como lo confirma el investigador, un estudiante le preguntó si “le podían descontar el valor de sus datos en una compra, y la respuesta es que sí, estamos avanzando en esa línea".
De hecho, existen iniciativas que ya están explorando métodos para compensar a los usuarios por el uso de su información.

Chica tomando un café en una cafetería mientras consulta sus datos bancarios en el teléfono móvil.
El beneficio de las empresas
Gracias a compartir información privada, muchas empresas obtienen muchas ventajas. Para el creador del vídeo, los ciudadanos también podrían recibir parte de esas ganancias: "Ahora no ves dinero, pero en poco tiempo cobrarás por compartir tus datos", sentencia.
Esta revelación pone sobre la mesa un debate fundamental sobre la privacidad y la economía de los datos. Mientras las empresas continúan gestionando la información de los usuarios, la posibilidad de que estos reciban dinero por su información podría alterar la forma en la que interactuamos con el mundo digital.
Consejos antes de compartir datos personales
En plena digitalización, proteger tu información personal es más importante que nunca para no caer en estafas o robos de identidad. Por eso mismo, sigue estos pasos para cuidar tu privacidad.
Comprueba la fuente
Mira bien si la entidad o persona que pide tus datos es real. Si te llega un correo electrónico o llamada, contacta de inmediato al remitente para confirmar su veracidad.
Comparte lo necesario
Limítate a dar la información requerida, de modo que la página o persona no se haga con datos que pueden ser relevantes para ti.
Usa sitios web seguros
Antes de meter datos personales en una página web, comprueba que la URL comience con “https://”, junto con un candado en la barra de direcciones.
Lee las políticas de privacidad
En este apartado, se incluyen las políticas de manejo de datos y si estos se compartirán con terceras personas. Si estás en desacuerdo, no proporciones información.
Evita redes Wi-Fi públicas
Nunca des datos sensibles si estás conectado a redes Wi-Fi públicas, como en cafeterías o aeropuertos. Estas, además de ser inseguras, dan acceso a que otras personas vean tu información.
La autenticación en dos pasos
Cuida cuentas importantes activando la verificación en dos pasos. Esto refuerza la seguridad en el hipotético caso de que alguien quiera acceder sin autorización previa.
Nunca des información en redes sociales
Jamás publiques datos personales como dirección, número de teléfono o fecha de nacimiento en redes sociales.
Decisión personal
Por muy atractiva que pueda parecer esta opción, sopesar sus ventajas y sus riesgos ayuda a tener la capacidad suficiente para saber cómo gestionar este tipo de circunstancias. Así sabremos cómo nos podría afectar a medio y largo plazo sus consecuencias, y pensándolo dos veces antes de hacerlo.