“Ahora mismo tenemos que ver la mitigación y adaptación del cambio climático como dos caras de la misma moneda. Y eso no nos tiene que llevar a pensar que como ya está pasando no se puede hacer nada. Es todo lo contrario”. Así se pronuncia Maria José Sanz,(Valencia, 1963) bióloga de formación, y especialista en los efectos de la contaminación atmosférica sobre la vegetación, la ecofisiología, la dinámica y química atmosférica, los ciclos del nitrógeno y del carbono, y los gases de efecto invernadero, entre otras. Y es que la experta insiste en que “si lo abordamos ahora en su conjunto y tomamos medidas y cambiamos las cosas pensando en que nos tenemos que adaptar a los cambios que ya están ocurriendo y reducimos los factores en los que contribuimos al cambio climático, podremos tener una sociedad más próspera, más justa y que estará mejor conectada con la disponibilidad de recursos que el planeta te da”.
En los últimos años, y sobre todo meses el cambio climático está en boca de todos. Las acciones para frenar, o mitigar sus efectos, la responsabilidad de los gobiernos... sin embargo la OMM aseguró que el objetivo del acuerdo de París no se va a cumplir, y entre 2024 y 2028 se superará una subida global de temperaturas de 1,5 grados. ¿Qué estamos haciendo mal?
-No se cumplirá si no incrementamos el esfuerzo respecto a las acciones que están planificadas en estos momentos. Por lo tanto, depende de lo que hagamos. Si tan solo se realizan las acciones que estamos contemplando en los planes que conocemos nos quedaremos por encima de esa cifra, sí. Sin embargo, si se complementan con otras, que es un poco la dinámica del acuerdo de París, hacer una revisión de esos compromisos que cada Estado quiere en términos del régimen de emisiones, entre otras, pues entonces puede que alcancemos o nos quedemos por debajo de los dos grados, que es lo que pide el acuerdo de París. Está condicionado también a si las acciones que ya se están tomando pueden catalizar a que los procesos de descarbonización se aceleren. Desde luego andamos mal de tiempo. No es un proceso fácil, para que todo se acelere hacen falta cambios sistémicos, las acciones individuales no son suficientes.
Explíquese...
-Por ejemplo en el caso de la energía necesitas concebirlo como un cambio de modelo energético. Y esos tienen que ir asociados a los modelos de producción, de consumo... No afectan solo a una acción individual, sino a todo el conjunto de comportamientos, de los diferentes actores que tienen que ver con esa cadena de hechos que llevan a unas emisiones determinadas.
Entonces es posible revertir la situación.
-Sí, lo que pasa que los esfuerzos serán más grandes cuanto menos tiempo tengamos para hacerlos, cuanto más lo retrasamos menos tiempo nos queda y mayor será el esfuerzo para alcanzar las metas de neutralidad climática 2050.
¿Es optimista?
-Soy optimista en el sentido de que creo que los humanos y la sociedad en su conjunto es capaz de ver que los cambios que proponemos para abordar la crisis climática van a redundar en beneficios para la sociedad que son necesarios. Tiene que haber incentivos más allá de abordar la mitigación del cambio climático. Ahora mismo tenemos que ver la mitigación y adaptación como dos caras de la misma moneda. Y eso no nos tiene que llevar a pensar que como ya está pasando no se puede hacer nada. Es todo lo contrario. Si lo abordamos ahora en su conjunto y tomamos medidas y cambiamos las cosas pensando en que nos tenemos que adaptar a los cambios que ya están ocurriendo y reducimos los factores en los que contribuimos al cambio climático, podremos tener una sociedad más próspera, más justa y que estará mejor conectada con la disponibilidad de recursos que el planeta te da. Y por otro lado, no podemos desvincular el cambio climático de la crisis de la biodiversidad, de la pobreza….
¿En qué sentido?
-En el fondo de lo que hablamos es del conjunto y de ODS que son un tema encima de la mesa. El cambio climático es uno, pero hay muchos otros que pueden apoyar que la lucha contra el cambio climático sea más efectiva.
Fue precisamente el tema tratado en la mesa redonda que llevaron a cabo esta misma semana en Bizkaia aretoa. ¿Qué conclusiones destacaría?
-Que hay que intensificar los esfuerzos, los cambios sistémicos son necesarios, y facilitarán los cambios que buscamos para abordar la crisis climática.
Y yendo un poco a escala más local. ¿Qué papel cumple Euskadi en todo ello? Ha asegurado en diversas ocasiones que la CAV puede ser un demostrador de acciones contra el cambio climático. ¿Qué se está logrando gracias a centros como el BC3?
-Recabamos conocimiento que puede permitir que los que tienen diseñar medidas lo hagan de forma más informada. Euskadi es una economía muy intensiva en consumo de energía, y un territorio que depende de la energía producida fuera. No se puede desvincular de las acciones que ocurran en otros territorios que le proporcionan energía, no puede mirar solo en sí mismo, sino cómo evolucionan las potencias y cuáles con los planes en otros sitios en el ámbito de la energía por ejemplo. Es un territorio pequeño con condiciones geográficas complejas, pero la sociedad está bastante comprometida con la sostenibilidad.
Precisamente, la semana que viene Euskadi (Bilbao) será sede de una importante conferencia que reunirá a la comunidad científica y estadística internacional experta en Big Data y cambio climático.
-Es un congreso auspiciado por el departamento de estadística de Naciones Unidas. Este año la temática está relacionada con el cambio climático, pero el tema son los datos. Tenemos muchísimos datos, más que nunca, pero usarlos para informar decisiones para luchar contra el cambio climático, temas ambientales... no es fácil. Porque los datos no son fáciles de integrar, no somos capaces de integrar los conocimientos de forma que podamos responder a problemas complejos, de forma que los tomadores de decisiones pueden asimilar