Joven saharaui al que las autoridades gubernativas y judiciales han condenado a ser víctima de la represión de la satrapía de Marruecos: No me alcanza el sentimiento de vergüenza ajena entreverada de rabia para referirme a su situación. Por una parte, la Audiencia Nacional se fuma un puro con su petición de auxilio, afirmando que no está certificado que sea una persona especialmente significada por su oposición al régimen sanguinario de Mohamed VI. Por otro, la delegación del Gobierno español en Euskadi se encoge de hombros y pasa un kilo del destino que le aguarda si es deportado a Marruecos. Puñetera vergüenza para el autoproclamado gobierno más progresista de Europa, que lo vayan a entregar con lazo de regalo al matarife alahuí. El PSOE de Sánchez carda la lana pero el PP lleva la fama. En esto, son indistinguibles.
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