Vida y estilo

Cuatro lugares que debes visitar si viajas al Salzburgo, la tierra de ‘Sonrisas y lágrimas’

Salzburgo es una de las ciudades más famosas del mundo, entre otras cosas porque fue la cuna de W. Amadeus Mozart, cuyo legado se puede sentir en cada rincón, pero también porque allí se rodó ‘Sonrisas y lágrimas’, película que cumple su 60 aniversario

Actualizado hace 2 minutos

Ubicada al pie de las montañas Hohe Tauern, Salzburgo es el sueño quimérico de cualquier arquitecto. Esto es lo que inspira esta ciudad austriaca a cualquier visitante, un bellísimo conjunto arquitectónico que rebosa arte, cultura, música, y frondosos paisajes por sus cuatro costados. Sin duda, Mozart ha sido su hijo más célebre y su vida y obra se respira no sólo en su Casa-museo, sino en toda su histórica urbe, peliculera, romántica y acogedora como pocas. Tan es así, que uno de los pensamientos más recurrentes del visitante al partir es el ferviente deseo de volver…

Callejuelas del centro urbano.

Callejuelas del centro urbano. F. Gavilán

Desde cualquier punto urbano se observan los dos montículos pétreos que rodean la ciudad partida por el río Salzach. El Mönchsberg, al sur, y el Kapuzinerberg, al norte, ambos poblados de hermosos bosques y atravesados por caminos que conducen a residencias y encantadores pueblitos cercanos. Los interiores de dichas montañas se convirtieron durante la Segunda Guerra Mundial en refugios antiaéreos para proteger a la población civil de los bombardeos aliados, para transformarse después en aparcamientos.

El impresionante castillo Hohensalzburg es la fortaleza que garantizó la seguridad de la ciudad-estado de Salzburgo de sus excéntricos gobernantes entre la Edad Media y el siglo XIX. Entre otros, el príncipe y arzobispo Wolf Dioetrich von Raitenaul fue el responsable de que Salzburgo transformara la ciudad medieval en la joya barroca de inspiración y diseño italiano, construida con piedras de la zona transportadas en barcazas por el río Salzach.

Cartel de la película 'Sonrisas y lágrimas'.

Cartel de la película 'Sonrisas y lágrimas'. Cedida

Tras la pista de la familia Trapp

Podría decirse que Salzburgo es una ciudad de cine. No en balde, casi toda ella fue escenario del film Sonrisas y lágrimas, nominada a 10 Oscar. La Abadía benedictina de Nonnberg es donde Julie Andrews canta “María”, lo que también hace en los Jardines del Palacio Mirabell o camino de la Villa Trapp. La familia Trapp es un mito profundamente vinculado a Salzburgo, pese a que no se conocen aún todos sus datos.

Se sabe que cuando en 1933 perdió su fortuna, María von Trapp despidió a los sirvientes y trasladó a la familia a un apartamento de servicio. Y luego alquiló su casa. Cuando uno de los arrendatarios escuchó cantar a uno de sus hijos, les propuso participar en un concurso de música folclórica.

Fue así como comenzó el legendario viaje que terminó en el film Sonrisas y lágrimas, uno de los musicales más exitosos de todos los tiempos. El célebre film nos regaló canciones como Edelweiss, Do-Re-Mi y My Favourite Things. Clásicos que aún se siguen transmitiendo de generación en generación.

Visitantes de todo el mundo siguen los pasos de la película por Salzburgo, desde el palacio rococó Leopoldskron hasta los jardines del Palacio de Mirabell. La visita a Salzburgo se convierte así en un viaje en el tiempo, mientras callejeas por la ciudad y descubres los lugares donde se rodó el film.

La fortaleza de Hohensaltbuerg.

La fortaleza de Hohensaltbuerg. F. Gavilán

Por cierto, se puede reservar una ruta guiada –The sound of music—para sumergirse en la historia de la familia Trapp. No hay rincón de Salzburgo donde no se desarrolle alguna secuencia del film: el cementerio de Sant Peter, el curioso y sorpresivo Parque de Hellbrun son algunos ejemplos.

Pero el éxito alcanzado por el film musical no es la única razón por la que la segunda ciudad de Austria recibe hoy día casi 8 millones de visitantes al año. Su encanto decidió a la UNESCO y le concedió el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Si se da por cierto la máxima italiana que afirma que una ciudad para ser bella ha de tener cinco plazas, Salzburgo cumple a la perfección esta premisa. Cualquiera de ellas podría ser el escenario ideal para representar cualquier espectáculo.

Imprescindibles de Salzburgo

Hay ciudades que se resisten a pasar desapercibidas para el resto del mundo y Salzburgo es una de ellas. El viajero queda hechizado por su estilo y su majestuoso paisaje que contagia románticamente al visitante. Es como si éste flotara en el ambiente y sus piernas le impulsaran sin voluntad propia a recorrerla. Aparte de su atractivo natural, la Casa Natal de Wolfgang Amadeus Mozart y su residencia es una visita imprescindible. Se ubica en la céntrica plaza Mozart y en ella se muestran documentos originales y el mobiliario auténtico, así como retratos del genial compositor. Por supuesto no hay tienda ni puesto callejero que no tenga a la venta numerosos artículos de Mozart: desde cucharillas de café y pañuelos a cajas de bombones o paraguas.

Monumento a Mozart en la calle.

Monumento a Mozart en la calle. F. Gavilán

Por otro lado, el Museo de Ciencias Naturales, el de Arte Moderno Mönchsberg y la Catedral son otros lugares que despiertan mucho interés dentro de su extenso programa cultural.

Además, ¿quién no ha oído hablar del famoso Gran Festival de Salzburgo? Este tradicional evento se celebra cada verano desde hace un siglo.

Más allá de la ciudad, en los alrededores, el visitante descubrirá una insólita broma en el Palacio Mirabell. Su propietario, el príncipe-arzobispo Wolf Dietrich von Raitennau hizo construir los asientos de piedra con un orificio en el centroCuando los invitados en torno a la mesa resultaban tediosos, él disparaba mediante un control remoto un chorro de agua que invadía el trasero de sus ocupantes. 

Carruaje típico para turistas.

Carruaje típico para turistas. F. Gavilán

Callejear por el centro urbano

Pasear por las callejuelas de Salzburgo es uno de los atractivos turísticos más interesantes. La Gertreidegasse es la calle peatonal más comercial y animada, pero cada rincón es un disfrute para los sentidos. La actividad en los mercados de las cinco plazas principales es incesante. Los estilosos edificios atrapan la atención del viajero, así como los abundantes jardines, monumentos, y comercios.

Vista panorámica del río Salzach que divide la ciudad.

Vista panorámica del río Salzach que divide la ciudad. F. Gavilán

Resulta curioso observar cómo en algunas fachadas se encuentran esculturas de hierro forjado para los analfabetos de la Edad Media que no supieran leer conocieran el tipo de artículos al que se dedicaba cada negocio. Y, en cualquier momento, el visitante puede descansar del paseo en las terrazas y las cervecerías al aire libre, las tabernas típicas, y muy especialmente, sus célebres cafés, para degustar sus exquisitos Kleiner Brauer, Melange o Einspänner junto con los tradicionales dulces.

En el viaje a Salzburgo nadie debería perderse la visita a la fortaleza Hohensalzburg, inmersa en el bucólico espectáculo de sus imponentes montañas, para contemplar desde ese punto neurálgico las más bellas panorámicas de la ciudad, las torres y tejados azul verdoso de sus edificios más emblemáticos, así como recrearse en el caudaloso río que divide Salzburgo. En algunas ocasiones, dependiendo del tráfico fluvial, las barcazas turísticas que navegan por él lo hacen zigzageando de una ribera a otra al ritmo de un vals. Te costará apartar tu mirada de tan privilegiada perspectiva.

2025-02-01T16:53:49+01:00
En directo
Onda Vasca En Directo