Frontera con los Pirineos por el sur y con el golfo de Vizcaya por el oeste, Aquitania se erige como la región más extensa de Francia. Su clima suave y soleado o su gran variedad paisajística, convierten a la región en el destino perfecto para viajar con amigos, familia, en pareja o en solitario. Desde los viñedos de Burdeos hasta el faro de Corduan, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, en este territorio vas a poder encontrar un sinfín de idílicos enclaves naturales, así como multitud de actividades para disfrutar todo el año.
No solo podrás disfrutar de sus paisajes, también podrás hacerlo de su fantástica gastronomía, que hará que Aquitania te acabe definitivamente por conquistar. El buscador de vuelos y hoteles Jetcost.es ha seleccionado cuatro lugares de visita obligada en la región francesa.
1. Angoulême
Rodeada de murallas, este municipio está considerado capital francesa del cómic. El principal atractivo turístico son los más de 20 grandes murales que hay repartidos por la ciudad y sus múltiples manifestaciones artísticas que han hecho que la Unesco la haya declarado Ciudad creativa. Es imprescindible la visita al templo del comic, la Cité de la Bande Dessinée et de I’Image, ubicada en las antiguas bodegas de las riberas del río Charente. En él podemos encontrar exposiciones, talleres, documentales y láminas originales, entre otros.
También es recomendable la visita a Le Nil, el museo del papel, donde podremos descubrir la historia de la papelería industrial y las diferentes etapas de la fabricación del papel. Si nos hemos cansado de la cultura y los museos, podemos pasear por la ciudad vieja, donde podemos encontrar la catedral de Saint Pierre (siglo XII). Si estamos más interesados en la gastronomía y somos más de dulce que de salado, la chocolatería Duceau, declarada como Monumento Histórico por ser una de las tiendas más antiguas de la ciudad, no te defraudará.
2. Burdeos
Capital de arquitectura clásica, Burdeos cuenta con más de 350 edificios declarados o inscritos en la lista de monumentos históricos. La principal atracción de la ciudad es el Espejo de Agua que se encuentra en la Place de la Bourse y es una obra que combina extraordinarios efectos de espejo con niebla. También puedes visitar la ópera nacional, considerada una de las más bellas del mundo, junto con la de Versalles y Turín. Si eres amantes del vino, los de Burdeos gozan de una muy buena reputación ya que cuenta con casi 120 mil hectáreas de viñedos y 57 denominaciones de origen.
3. Poitiers
Esta ciudad francesa combina dos realidades: su centro histórico, con un abundante patrimonio arquitectónico repartido por la ciudad con el parque Futuroscope, principal suministrador de visitantes. El eje principal de Poitiers son las calles peatonales que unen la Plaza de Charles de Gaulle, donde se encuentra la iglesia de Notre Dame.
Si todavía te has quedado con ganas de más, puedes visitar el Parque de atracciones de Futuroscope, a solo 12,4 kilómetros de Poitiers, una excursión ideal si tenemos niños. Allí podremos disfrutar de una recreación futurista de alta tecnología, de los efectos sensoriales o de la realidad virtual que inunda todo el lugar.
4. Limoges
Capital histórica de la antigua región francesa del Lemosín, si visitamos Limoges es imprescindible dar un paseo por el Boulevard Louis Blanc, un verdadero escaparate donde podremos contemplar el emblema de Limoges: la porcelana. También podremos hacer una parada en la fábrica de Jacques-Pergay, donde podemos ir de compras o visitar la increíble estación de tren de Bénédictins, con su majestuoso campanario de 61 metros de altura y sus vidrieras, que la convierten en una de las estaciones más bonitas de Europa.