Cuando llega el otoño, la estación en la que la naturaleza inicia el descenso a su descanso invernal, en la que parece morir y en el que el mes de octubre nos acerca a las conmemoraciones y celebraciones de difuntos, una propuesta para aprovechar estos días en el que sol todavía brilla y la lluvia y el frío no han llegado para quedarse, organizar una excursión para conocer cómo nuestros antepasados más lejanos honraban a sus difuntos puede hacernos conectar con nuestras raíces esenciales. Es una forma de ser consciente de que la muerte no es el olvido.
Por ello, estos cuatro recorridos que enlazan monumentos megalíticos en forma de dólmenes, túmulos, menhires o asentamientos de hace 6.000 años nos ayudan a recordar de dónde venimos.
Ruta de los dólmenes de Etxarri Aranatz, Navarra
Está situada en el término municipal de Etxarri Aranatz y formada por dos senderos de diferente distancia, señalizados con flechas de madera y marcados con señales blancas y amarillas. Ambos parten del camping y recogen aspectos diferentes que quedan reflejados en los paneles temáticos ubicados en cada uno de los dólmenes que salpican la ruta
El más largo de ellos es un itinerario circular de 14,44 km y recorrerlo cuesta aproximadamente de cinco horas. Puede ser un excursión de jornada completa y es recomendable cierta preparación física. En esta ruta se visitan 10 dólmenes.
Se inicia en el camping, desde donde nacen otros recorridos balizados de menor longitud.Tomar la pista que discurre a la derecha del aparcamiento, siguiendo hasta la regata de Iraigorri, que se salva gracias a un puente. Seguir la senda hasta la ermita de San Adrián. La ascensión lleva hasta el dolmen Beitzeta, que queda fuera del camino pero está señalizado. De vuelta al camino, a veces poco definido y siguiendo las marcas, se pasa por los dólmenes de Iruiturrieta, Jentilzulo y Bentatxar hasta el Alto de Irumugarrieta, en la muga con Gipuzkoa y donde un mojón de tres caras que señala los límites del valle de Ataun, el municipio de Etxarri Aranatz y el valle de Burunda. Es el punto más alto de la excursión. Tras pasar por los de Zelatamuno y Mintegitxuta, se llega al de Txaradigorri, que es el ,mejor conservado de todo el recorrido. A partir de aquí el descenso se acentúa y el camino lleva hasta los de Fagamendi y Maitzegur. Son los dos últimos. La senda sigue hasta el punto de partida.
Ruta de los dólmenes de Laguardia, Álava
La ruta de los dólmenes que recorre la Rioja Alavesa es un itinerario de unos 30 kilómetros que une las localidades de Villanueva de Álava con Cripán y atravesando los términos municipales de Leza, Laguardia y Elvillar si se hace en coche. Si el excursionista se anima a hacerlo por las rutas de BTT, en bicicleta, la distancia se reduce a 20 kilómetros.
Son un total de ocho monumentos megalíticos, de los que la mayoría son del tipo de construcción denominada “de corredor”, en donde la cámara principal tiene acceso a través de un pasillo o corredor formado por grandes losas. Aunque los dólmenes fueron construidos en el Neolótico, hace unos 6.000 años aC, muchos de ellos fueron utilizados ininterrumpidamente durante largos períodos de tiempo. Llegando a ser usado hasta el año 1.000 aC.
Al ser una ruta lineal se puede empezar bien en Villanueva de Álava o en Cripán. A lo largo de la ruta, estos monumentos están señalizados por lo que su localización es sencilla y en la mayor parte de los casos los accesos son fáciles.
Empezando desde Cripán, el primer dolmen es el de Los Llanos al poco de salir de la localidad en dirección a Elvillar. Le siguen el de El Encinal antes de llegar a Elvillar y el de la Cabola de la Hechicera después. Enfilando la carretera de Laguardia, se encuentra el del Alto de la Huesera, al que se llega por una pista de tierra que se desvía de la ruta principal. Tras retomar la ruta y ya pasado Laguardia aparece el dolmen de San Martín, uno de los más importantes de la zona.
Siguiendo el dirección a Leza, pero ignorando el desvío que lleva a esta localidad se llega al dolmen de El Sotillo y más adelante el de Lazaya, en el Puerto de la Herrera.
Para llegar al final del recorrido, el dolmen El Montecillo, hay que retomar la ruta principal en dirección a Samaniego, y antes de entrar en este municipio tomar un desvío asfaltado a la izquierda que corre entre viñedos hacia Villanueva de Álava. En este punto puede ser oportuno un navegador GPS ya que no está señalizado. En las inmediaciones del cementerio Ibaola Harriak, una necrópolis moderna que funciona a modo de columbario para dejar cenizas y que recrea los monumentos neolíticos, hay que dejar el coche y seguir a pie o en bici hasta el dolmen, el de más reciente excavación.
Ruta de los dólmenes en Debabarrena, Gipuzkoa
Esta ruta de dólmenes guipuzcoana comprende un recorrido de 11 km a través del cordal de Karakate-Irukurutzeta y otros nueve kilómetros más que corresponde a los sederos de acceso desde las localidades de Elgoibar, Soraluze y Bergara. Esta ruta descubre un total de 19 dólmenes y elementos megalíticos del Neolítico y la Edad del Bronce. Antiguamente era un lugar de paso entre los valles de los ríos Deba y Urola.
Existe la posibilidad de realizar visitas guiadas a lo largo del cordal Karakate-Irukurutzeta y recorre la Estación Megalítica de Elosua-Plazentzia. Se visitan 7 monumentos megalíticos. En total se trata de un recorrido de 4 horas. Es necesario reservar plaza.
Si se inicia el recorrido desde Bergara, la salida se encuentra en el barrio de Aranerreka. Si se opta por Elgoibar, la ruta comienza en el polideportivo municipal. Desde Soralkuze, el paseo arranca en el campo de fútbol del barrio de Ezozia.
Entre los megalitos más destacables se encuentra el menhir de Arribirilleta, un monolito al que volvió a ponerse en pie después de años caído, y el túmulo de Irukurutzeta, un amontonamiento de piedras guardaba una cámara funeraria que había sido saqueada.
Ruta de los dólmenes de Munarrikolanda, Bizkaia
En el pequeño cordal de Munarrikolanda que hace de divisoria entre los municipios de Sopelana, Berango y Urduliz se localiza un conjunto de monumentos megalíticos y asentamientos al aire libre
En su mayoría son estructuras funerarias compuestas por la cámara, el dolmen propiamente dicho, y el túmulo, el conjunto de piedras y tierra que cubre dicha cámara.
Dado el valor de esta estación fue catalogado como Bien Cultural por el Gobierno Vasco. Además, con el fin de protegerlo y ponerlo en conocimiento, se ha llevado a cabo un proyecto de conservación preventiva y de señalización; proyecto que culminó con la creación de una ruta dolménica señalizada y con tres paneles de interpretación (Pozozabale, polideportivo de Sopelana y cementerio de Berango).
La ruta dolménica de Munarrikolanda, debidamente señalizada, tiene como acceso principal Sopelana, aunque también se puede llegar a ella desde Berango. Desde Sopelana, se sale desde el polideportivo de Urko por la estrada de Mendibe y sigue el recorrido de las sepulturas históricas hasta el búnker de Munarrikolanda para terminar en Pozozabale. Desde Berango, en la zona industrial se toma la pista que lleva a Infernueta. Desde ahí hay que llegara hasta el búnker de Munarrikolanda, para terminar el recorrido en Pozozabale (término municipal de Erandio).
Durante la visita a la estación dolménica se podán ver los dólmenes de Saierrikolanda, Munarrikolanda y Goikogana, así como los túmulos de Saierri y Saierri Muinoa. Pero además de estos monumentos funerarios también hay tres asentamientos al aire libre, entre los que destaca el de Saierri, en Sopelana.