El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, defiende en su nuevo libro "Aprendizajes y una propuesta" (Ara Llibres) preparar a la sociedad civil en Catalunya para una nueva fase de movilizaciones "no violentas" y una estrategia de desobediencia, para ser capaces de resistir tras otro referéndum.
Cuixart, que fue junto al expresidente de la ANC Jordi Sànchez el primero de los líderes del procés en entrar en prisión en otoño de 2017 tras el referéndum unilateral del 1-O, pasó un total de tres años, ocho meses y siete días entre rejas, hasta el indulto concedido por el Gobierno en junio.
Durante el tiempo en que permaneció encerrado, Cuixart fue tomando notas -primero en una libreta, más tarde en un ordenador-, que le han servido para reconstruir escenas vividas en prisión y compartir reflexiones que ha ido madurando en los últimos tres años.
El libro, que sale a la venta este martes, se propone señalar un camino para hacer efectivo su lema "Lo volveremos a hacer", que proclamó durante el juicio del procés.
"Hay que gobernar bien Catalunya y, a la vez, comprometerse a celebrar un nuevo referéndum bien pronto y sin más adjetivos. Tanto si al Estado le place como si no le place. Esto es el 'Lo volveremos a hacer': votar tantas veces como haga falta", escribe.
"Sin repetir errores de 2017"
Según Cuixart, hay que "superar el choque emocional de la virulencia de la represión, aclarar el camino y encarar una nueva etapa de fortalecimiento de la lucha no violenta y de la confrontación democrática con el Estado para ejercer el derecho a la autodeterminación", sin repetir "errores" cometidos en 2017.
Su propuesta de acción no se dirige tanto a los partidos como a la ciudadanía que ya se movilizó por el 1-O y a la que a su juicio hay que volver a "empoderar", porque "ningún cambio llegará de unos órganos autonómicos", por mucho que la Generalitat esté en manos independentistas.
Cuixart anima a la ciudadanía a "asumir la responsabilidad" que le corresponde en el procés y "prepararse para los pasos siguientes". En 2017, hubo un componente de "desobediencia institucional" desde el Govern, "empujada y acompañada por la masiva movilización del pueblo", que condujo al 1-O, un acontecimiento que califica de "éxito extraordinario de la sociedad civil".
En los próximos tiempos, según Cuixart, la "salida" al conflicto "no solo implicará trazar una estrategia compartida, sino también, y sobre todo, la capacidad y la disposición a llevarla a cabo".
"No sabemos, ahora, qué nos tocará desobedecer, pero solo la consciencia de estar dispuestos a hacerlo y asumir plenamente las consecuencias", añade, "ya será un paso de gigante", puesto que tras el 1-O no se previó la "posibilidad de resistencia no violenta para mantener y defender el resultado de las urnas".