O su homónimo euskeriko, Zorionak Zuri. Ese era el canto inicial tras los aplausos y pitos preceptivos por ser el primer edil quien presidía la corrida, según el lado de la plaza que miraras. Desde luego, aquí nos unimos todos al feliz cumpleaños de una señora, llamada Monumental, y que con sus coquetos arreglos, y mejoras varias nos ha cumplido cien años, la galana de ella. Y para tal evento glorioso, hemos echado la casa por la ventana. El mundo cruel con su voraz pandemia no nos ha devorado, pero sí que nos ha castigado, y muy duro, donde mas nos duele. Dos años a dos velas. Ni fiestas, ni toros. Y eso, no hay cuerpo que lo resista. Así que, vuelta a la Feria del Toro, encima con gran felicitación a la señora que nos acoge, la Meca nos regalaba el día grande, que el del santo patrón debe ser. Y así, tiramos de chequera y gastamos sin piedad, porque por encima de cualquier plaza del mundo, pagamos lo indecible por tan conmemorable motivo. Con el señor de los caballos dando lecciones de torear. Porque, el chaval, a sus 56 lo hace como nadie. Y luego la locura de la expectación, que para el público en general ha sido algo mas que aprovechable, con un cartel de lujo, y con los toritos de la Granja de El Grullo, sabiamente elegidos para que esto de los toros de hoy fuese el culmen requerido por todos. Estoy seguro que eso de la corrida de expectación corrida de decepción no será para la mayoría. Y por cómo cantaban y bailaban, la mocina de la solanera ha disfrutado como nunca. Sumado a la enorme reventa, y suelta de carteristas varios que circulan por la city, nos pone en el orbe taurómaco por encima de cualquier feria del planeta. Luego, quitando a los pagados televisivos, si me preguntan por lo visto de los de a pie, euforia orejil en demasía, y bastante poco de toros. Pero, con el apellido que lleva nuestra feria, y con falta de respeto a nuestra cumpleañera, seguimos permitiendo unos toritos traídos por la elección de unos mandones que quieren hacer y deshacer por encima de normas y reglamentos, siempre a su antojo, y por supuesto, todo a su favor. Y que sepa señor don Joaquín, ganadero, que siempre se quejaba de que sus corridas por esta capital navarra, con esportones de orejas no le daban el crédito suficiente para consolidar su casa en el julio sanferminero, vuelve Vd. muy señor mío, a caer en la misma. Pero como hoy estamos de celebraciones, todos los regalos, que están siendo excesivos, se pueden llegar a volver en contra. Y digo esto, porque nuestra señora cumpleañera, que lleva más recorrido que nadie de los que la acompañamos ha visto mucho. Y seguro que se acordará de los malos tiempos, y de como hubo los buenos cuando una cuadrilla de excelentes señores pamploneses le dieron su sitio y crearon el sello magnifico bajo una única premisa: los mejores toros del campo, y que venga a torearlos el que los tenga bien puestos
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