Daiana Martínez: "Cada vez hay más gente a partir de 45 años que nota gran dificultad para oír"

Las mascarillas han desvelado a muchos que realmente no oían todo lo bien que creían.

—Sí, desde que estalló la pandemia en 2020 hay muchos pacientes que llegan porque tienen dificultad para oír bien. Antes se podían apoyar en la lectura de labios y ahora han notado muchos problemas a raíz del uso de las mascarillas. Además hay que tener en cuenta que los decibelios bajan al usar estas protecciones y el sonido se amortigua.

Los decibelios bajan sí o sí y no es un problema solo de gente mayor.

—No, estamos detectando cada vez más personas a partir de 45 años que notan que tienen gran dificultad para oír. Antes del covid, ese trastorno se hubiera retrasado años.

Personas que llevan audífonos se han visto obligados a revisárselos.

—Claro. Es que está la mascarilla, la mampara, la distancia social y se suman las barreras. No solo necesitan más intensidad, sino más entendimiento. Aparte de hacer un ajuste extra a los usuarios de audífonos, lo que hago habitualmente es que ellos puedan ajustar el volumen de su propio audífono en momentos determinados, por ejemplo, si van al médico o si acuden al banco.

Ustedes, desde la Clínica Coda, lanzaron al principio de la pandemia mascarillas transparentes 'al rescate' de las personas sordas.

—En su momento fueron un acierto porque había muy pocas mascarillas. Pero la realidad es que no las tiene que llevar la persona con pérdida auditiva sino que las deberían llevar empleados públicos, personal en museos, gimnasios y esos entornos.

En el Día Mundial de la Audición apuestan por la prevención.

—Recalcamos la importancia de revisar la audición antes de que la única solución sean los audífonos porque nuestros oídos se pueden proteger.

¿Cómo se hace eso?

—Evitando los cascos a un volumen excesivo y muchas horas al día. En entornos muy ruidosos, podemos colocarnos tapones, orejeras para que ese ruido intenso no deteriore más la audición. Y también valorar, con una revisión general, que el tímpano esté correctamente y alargar el máximo posible que aparezca algún trastorno.

Nuestro oído no descansa nunca y, sin embargo, no le hacemos ni caso.

—Es un gran error que la gente no se mire los oídos hasta que tiene un problema, una infección, unos tapones, y se da cuenta que no oye bien.