En Buenos Aires (capital) se sitúa el centro navarro más antiguo del país, creado el 3 de noviembre de 1895. Apenas hace unas semanas cumplió 127 años. Su presidente, Daniel Remondegui Aranguren, recuerda que está compuesto por unos 300 socios. “Ya no hay originarios de la Comunidad Foral”, recuerda Daniel, de 55 años. Su padre Faustino procedía del valle de Aezkoa, y su madre Manuela, de Cáseda.
“ Nuestra gran ilusión es que un navarro que pise Buenos Aires visite el centro ”
Daniel Remondegui - Presidente del Centro Navarro de Buenos Aires
Desde hace un año, está al frente de este centro, réplica del edificio de la Biblioteca de Estella. Este local abre de manera ininterrumpida de lunes a sábado, y acuden principalmente aquellas personas que ensayan danza y quienes practican algún deporte, como kárate, taekwondo, tenis de mesa o pelota, entre otros. “Buscamos aumentar el número de socios al ofrecer diferentes actividades. Nuestro frontón es conocido como la Catedral de la Paleta-Pelota”, explica Daniel, aficionado a este deporte popular en Argentina.
La carpintería Remondegui
Hace dos décadas por motivos profesionales, este ingeniero electrónico se desplazó de su lugar de nacimiento, Bahía Blanca, a Buenos Aires, a 700 kilómetros. No continuó con el oficio de carpintero de su padre. “La dictadura de Franco exigía que los hombres debían estar a disposición del ejército hasta los 27 años. Mi padre cuando superó esa edad en 1952, se marchó a Argentina, donde vivía su hermano Victoriano desde 1948”, señala Daniel, que ha desarrollado su trayectoria laboral en el Grupo Telefónica.
Faustino y Victoriano, de familia ganadera, habían estudiado carpintería y escogieron Bahía Blanca para su proyecto de vida. “¡Los hermanos Remondegui, conocidos por su fortaleza física, forjaron un negocio con una marca consolidada!”, exclama entre sonrisas Daniel, quien acudía al centro Laurak-Bat de Bahía Blanca. “Ahí viví mi niñez y adolescencia”, apunta el gerente de Desarrollo de Redes de Movistar Argentina.
Ahora reside en Buenos Aires y se acercó hasta el centro navarro de la capital por su pasión por la pelota. “Nuestro plan estratégico persigue seguir trabajando la identidad cultural navarra, y reforzar más la música con la creación de un coro”, detalla Daniel, que tiene una hija, Catherina Maitena de 18 años, y un hijo, Iñaki Alexander de 12 años. Casualidades su primogénita nació un 7 de julio, apunta con orgullo navarro.
El presidente del centro de Buenos Aires cita la importancia de las redes sociales para establecer nuevos contactos. “Nuestra gran ilusión es que un navarro que pise Buenos Aires visite nuestro local”, desea.