Superadas las persistentes lluvias de los últimos días y lo peor de la crecida del Zadorra, miles de alaveses que viven o trabajan junto al río más caudaloso del territorio o sus principales afluentes tratan ahora de volver a la normalidad y empiezan también a hacer balance de los daños sufridos.
Daños que han sido "muy numerosos", aunque todavía imposibles de contabilizar, para el sector primario provincial, y eso que las inundaciones no se han producido en una época del año especialmente crítica como sí lo hubiese sido la primavera.