Objetivo: las semifinales del Manomanista. El cartón 22 en el frontón Labrit de Iruñea significa un paso de gigante –o incluso definitivo– a la siguiente fase para Darío Gómez y Unai Laso. Dos pelotaris genéticamente creados para la disputa de la modalidad reina, manomanistas hasta el tuétano, se cruzan este sábado, a partir de las 17.15 horas, en busca de un galón más en el pecho después de haber triunfado en su primera andanada en la liguilla de cuartos de final. El premio es jugoso, pues evita conflictos en la tercera y definitiva jornada y supone asegurar la condición de cabeza de serie en la edición de 2025.
“Las manos están bien. Siempre que salimos al frontón tiene que ser en condiciones. He recuperado bien las manos. He probado un poco y he estado a gusto”, describe el delantero de La Rioja. Respira tranquilo. El de Ezcaray, tercer clasificado la campaña pasada con una muy buena actuación y entre los cuatro mejores en la edición de 2020, llega de una semana de descanso tras haber conquistado el Labrit contra José Javier Zabaleta (17-22).
Las dudas iniciales
Darío accedió al Manomanista con las dudas generadas por sus manos después de acumular dos meses fuera de las canchas. Se las sacudió de un plumazo ante un rival al que le costó arrancar. Llegó a estar 5-16. Se las prometía muy felices, pero el cinco veces campeón del Parejas le metió el susto en el cuerpo con el 17-20. Sobrevivió el ezcarayense y se ganó una semana de tranquilidad. Para la cabeza y para las manos.
El tanteador, no obstante, compromete más de lo esperado su clasificación a la siguiente fase, puesto que podía haber sido definitiva de haber continuado con una victoria de rompe y rasga frente a José Javier. Su saque, el ariete fundamental de su juego mano a mano, inquieta a Unai Laso. Latigazo. Agresivo.
La adrenalina de Laso
Si Darío arriba en el Labrit con la tranquilidad del triunfo ante Zabaleta, el navarro, por su parte, acude con el chute de adrenalina de haber pasado por encima de Joanes Bakaikoa en octavos de final (22-9) y Jokin Altuna el domingo en Bilbao (7-22). Dos monólogos. El de Bizkarreta-Gerendiain, con todo, pide mesura después de la exhibición sobre el número 1 de la mano profesional actual. “Tampoco ha sido una gran victoria”, sostiene el errotarra, quien considera que “ha sido una gran satisfacción volver a verme a un nivel increíble ante el mejor pelotari, pero hay que tomarlo con calma. Es otro rival y otro frontón. Será durísimo”. “Espero un partido duro contra un gran manomanista como Darío. Saldré a por todas, a luchar cada tanto”, remacha Laso. Declaración de intenciones. Su propuesta es agresiva y volcánica: pegada, altura y velocidad en el remate. Clínic.