Aspe celebró el primer festival de San Juan en el frontón Astelena de Eibar en 1998. Este viernes: 25 Sanjuanes de idilio. Bodas de plata de la promotora en su feudo. Darío se vistió de oro para la ocasión. El delantero riojano aprovechó su segunda oportunidad en un estelar de parejas, marcando la pauta sobre todo en la primera decena. En el inicio, su fusión con José Javier Zabaleta desembocó en un torrente de pegada que terminó abrumando a Iker Irribarria y Julen Martija.
Lo hicieron todo bien y amasaron distancias de 1-10 y 4-12. A los colorados les tocó remar a contracorriente. El delantero de Arama, que sufrió una colección de caras y cruces, estuvo muy activo y fue el principal culpable de que el paseo militar del descorche terminara en una segunda parte repleta de pimienta.
Darío acometió la tarea con serenidad. Desprecintada la contienda, en el látigo de su derecha se distinguieron quilates y quilates de calidad. Tiene un toque especial. Es peligroso. Se maneja perfectamente con las cargas de profundidad, dotándolas de una violencia característica. Eso siempre lo ha tenido. Este viernes, además, expuso determinación y descaro, cuestiones de las que no suele haber demasiado excedente. El riojano trasquiló a su homólogo en los cuadros alegres con dos cortadones por el txoko, dos estiletes, y se benefició del músculo imperial de Zabaleta. Además, Irribarria, con pocas opciones para entrar a dentelladas, se buscó las castañas con remates que no encontraron destino. Mal asunto.
Sin embargo, tras el 4-12, una parada al txoko de Darío, los colorados se repusieron. Martija fue ganando metros, los cueros se relajaron, el encuentro se endureció y la zurda de Iker ganó enteros. El aramarra clavó un machete espectacular para iniciar la revuelta (5-12). Era complicado, no imposible.
Respondió Darío con un buruzgain que Irribarria no logró alcanzar en el rebote. El zurdo se impulsó en una sotamano sobre chapa. Además, los saques se convirtieron en un problema para Zabaleta. Erró cinco restos.
El primer yerro de Darío fue el 9-16, un dos paredes a la chapa. Entonces, los colorados ya estaban en plena resurrección. Se acercaron hasta el del 11-19 al 15-19 con cuatro tantos de Irribarria –dos remates al txoko y dos saques–. Los colorados sumaron otro buen pelotazo de Iker y el segundo fallo del delantero riojano. Con el 17-21, Zabaleta resolvió con un derechazo bestial al rebote.