La noche del lunes nos trajo el programa número 15 de la onceava edición de 'MasterChef'. En esta ocasión, dos equipos se enfrentaron en una carrera para preparar tres platos y, al finalizar, los dos competidores más lentos, uno por cada grupo, se enfrentarían en un duelo que decidiría quién sería el próximo expulsado. La lucha final entre los fogones resultó ser entre Camino y David, y ella salió victoriosa.
Las broncas de David con Samantha comenzaron pronto. Durante la primera mesa, el aspirante intentaba convencer a la jueza de que su 'steak tartar' estaba bueno. Ella no estuvo de acuerdo y le dijo que había machacado demasiado la carne y que "está súper soso", por lo que debía aliñarlo más.
El concursante cumplió a medias y a regañadientes la petición de Samantha. Cuando la jueza le hizo una nueva visita al aspirante, éste afirmó que le había puesto a su plato más salsa y especias, pero a la chef no le pareció suficiente porque quería que el plato tuviera "más personalidad" y que estuviera "picante".
Las peticiones de Samantha no sentaron bien a David, que comenzaba a mostrar su ira. En la tercera visita de la experta, el aspirante continuó excusándose: "Es que no me gusta el picante". El concursante tuvo que repetir el plato hasta tener el visto bueno de la jueza: "Me estresa saber que estoy haciendo los pasos bien y que no esté bueno".
Tuvo que repetir también el cachopo, ya que colocó el queso sobre la carne en lugar de dentro de ella. Al jurado no le convenció que David se dedicara a hacer sus propias versiones de los platos y Samantha le pidió que lo hiciera como indicaba la receta.
En su enfrentamiento final contra Camino, el solomillo Wellington que David preparó sorprendió gratamente por su sabor al jurado, aunque ello no significaba que no tuviera ciertos errores. Durante el veredicto, además, los jueces no valoraron únicamente sus platos por el resultado, sino también por la actitud del aspirante a la hora de prepararlos.
"No me ha gustado cómo te has puesto conmigo", reprochaba Samantha. El aspirante debió entonces pedir perdón y confesó que había actuado así por la frustración que sentía hacia sí mismo. Aunque el jurado perdonó el comportamiento de David, no fue así con su solomillo, que lo envió fuera de las cocinas de 'MasterChef'.