Una llamada sorpresa el pasado 25 de enero cambió los planes de David Urdánoz (Pamplona, 12/10/1979), árbitro navarro de fútbol sala. Contactaron con él para cubrir bajas en el Europeo. Dirigió el Rusia-Polonia y estuvo de asistente en otros tres partidos. El último de ellos, la final entre Portugal y Rusia del pasado domingo en la que hizo historia con los otros dos compañeros españoles.
¿Cómo se encuentra después de la experiencia del Europeo?
–Pues lo primero sorprendido porque ha sido todo como un aquí te pillo aquí te mato, pero evidentemente muy contento. Al principio cuesta hacerse a la idea. Llegas a mitad de una concentración donde todo el mundo está muy rodado. Es como llegar a una boda a los postres. Iba a cubrir la baja de unos compañeros sin ninguna pretensión y estar de asistente cuando me pidieran. Fue una sorpresa que contaran conmigo para como árbitro principal del Rusia-Polonia. Fue muy bonito y salió muy bien. Además, me acompañaron los dos compañeros españoles Juanjo (Gallardo) y Alejandro (Martínez). Allí hicimos historia porque nunca se había producido que tres árbitros de un mismo país arbitraran en un Europeo. Es muy difícil que se vuelva a repetir. Luego mis compañeros estaban muy bien posicionados para la final y me llamaron para ser asistente.
¿Cuándo se enteró que iba a arbitrar en los Países Bajos?
–Fue sorpresa porque no estaba convocado. A mitad de campeonato empezaron a haber contagios entre los árbitros y me llamaron a ver si podía ir el martes 25 de enero. Fue como: "¿Puedes venir mañana?" Hablé con los del trabajo y al día siguiente cogí el avión a Países Bajos.
Hizo historia al formar parte del primer trío arbitral español que ha dirigido una final de un torneo internacional.
–Hasta hace cuatro años no iba más de un árbitro a un mismo país a un Europeo. Luego se rompió y podía ir parejas. Solo van 24 árbitros de toda Europa y se dividen por países. Esta ha sido la gran sorpresa de que se han dado las circunstancias que estábamos tres árbitros del mismo país y no se va a producir nunca más.
¿La final del Europeo es el partido más especial que ha arbitrado?
–Por trascendencia sí. Son partidos que trascienden el deporte. El fútbol sala es un deporte minoritario y tiene un impacto limitado. Se dio que una de las semifinales fue Rusia-Ucrania con todo el conflicto que tienen ahora encima. El partido corrió peligro porque son cosas más importantes que el deporte. A lo largo de tu trayectoria tienes también partidos muy importantes. A nivel extradeportivo fue de los más importantes.
"Á los árbitros no nos mencionan en ninguna crónica de la final, nadie se acordó de nosotros y esa es la mejor noticia"
¿Cómo fue el ambiente?
–El campeonato empezó sin público porque la situación de covid en Países Bajos era bastante complicada. Fue un poco triste porque en el partido inaugural del Amsterdam Arena estaban vendidas las 10.500 entradas y habría sido una gran fiesta del fútbol sala. Cuando yo entré a arbitrar ya permitían un 10% de público. En la final dejaron un 20% y sí que tuvo ambiente sobre todo porque se desplazaron aficionados portugueses y rusos. No fue todo lo bonito que pudo haber sido, pero teniendo en cuenta las circunstancias fueron unos afortunados.
¿Fue un encuentro tranquilo?
–Sí. Normalmente las finales no son partidos complicados. Los equipos tienen miedo a perder y se juega con el freno de mano echado. Tanto la final como el resto de partidos han ido muy bien. No se ha hablado nada de los árbitros y no nos mencionan en ninguna crónica de la final. Portugal remontó y ganó merecidamente. Nadie se acordó de los árbitros y esa es la mejor noticia.
Es la vida del árbitro. Cuando mejor lo hacen es cuando menos se habla de ustedes.
–Es lo que hay. Va con nosotros. Ni ganamos ni perdemos partidos. Los más críticos con nuestro trabajo somos nosotros mismos.
Lleva 16-17 años arbitrando en Primera. ¿Sintió más presión de la habitual en la final del Europeo?
–La verdad es que no. Es cierto que el día anterior, el viaje al estadio y todo es más trascendente. Pero lo bueno de llevar tantos años arbitrando es que una vez estás en el pabellón tienes tus hábitos, buscar aquellas cosas y trucos que llevas haciendo 16 años a nivel físico y de visualización para meterte en la cabeza que es un partido más. Una vez que empieza el partido es como uno más.
"Me quedan tres años como árbitro profesional y es un objetivo estar en el Mundial de 2024 porque sería un bonito colofón a mi carrera"
Esta temporada está siendo muy buena en el plano personal con su participación en el Europeo y con el ascenso a categoría Élite.
–A nivel internacional está siendo un año muy bueno y un poco sorprendente porque tampoco esperaba el ascenso. Te preparas para arbitrar los mejores partidos. Son decisiones que se toman a dedo en función de si lo haces bien. Uno intenta hacerlo lo mejor posible, trabajar en el día a día y luego llegan estas recompensas. Ahora espero disfrutar los años que me quedan y estar en el máximo de competiciones que pueda.
Le quedan 3 años como árbitro profesional. Ya ha estado en un Europeo, ¿su próximo objetivo sería llegar al Mundial de 2024?
–Evidentemente ahí está ese objetivo. Además será muy cercano a mi retirada y es un bonito objetivo. Sería un bonito colofón a mi carrera.
Sus dos compañeros, Juan José Cordero Gallardo y Alejandro Martínez Flores estuvieron en el Mundial del pasado septiembre y tienen más experiencia. Qué consejos le dieron?
–A nivel nacional llevamos coincidiendo muchos años. Consejos explícitos pocos porque los tres tenemos mucho bagaje. Es más a nivel de convivencia, pequeños trucos que ayuda a estar ahí porque es diferente. Al final el mejor consejo es disfrutar el día a día y demostrar en la pista lo que te ha llevado hasta ahí.
Usted pudo estar en la final porque España perdió la semifinal ante Portugal. ¿Hubiese preferido arbitrar el tercer y cuarto puesto y que España hubiese estado en la final?
–Estábamos muchos compañeros. No se pueden hacer quinielas. Lo único que sabíamos es que no podíamos arbitrar a España. Lo mejor en esta vida es hacerse a la idea de pocas expectativas. Si llegaba un tercer y cuarto puesto, encantados. Llegó la final y mucho mejor.
"A nivel internacional está siendo un año muy bueno y soprendente porque tampoco esperaba el ascenso a categoría Élite"
¿Sigue compaginando su trabajo con el arbitraje?
–Lo compagino tanto como que ahora mismo (ayer por la tarde ) he vuelto de trabajar y todavía estoy deshaciendo la maleta. Vuelta a la vida normal. Para bien o para mal, el arbitraje en el fútbol sala es una afición. Los jugadores de Primera sí que viven de ello, pero todos los árbitros tenemos nuestro trabajo.
Su mujer es cronometradora en Primera División. ¿Cómo llevan la conciliación con su hija?
–Tirando mucho de abuelos y suegros (risas). En partido oficial nunca coincidimos porque nunca arbitro en Navarra salvo ocasiones especiales como el derbi. A ella le toca ir al Xota y al Aspil. Javier Bartolomé, nuestro delegado, conoce nuestra situación e intenta que no coincidamos en la medida de lo posible para que estemos con la niña. Es una situación peculiar. Es el día a día de una afición que te roba mucho tiempo, pero que te da muchas alegrías. Y hay que compaginarlo con el día a día.
Este fin de semana arbitra el Córdoba - Viña Albali Valdepeñas. No hay descanso.
–Así es. Este sábado me bajaré con mi compañero Aitor (Felipe Madorrán) a Córdoba y vuelta el domingo. A robarle el fin de semana a la familia, que ya llevan unos cuantos días sin vernos. Vuelta a la vida normal.
El protagonista
Lugar y fecha de nacimiento. Pamplona, 12/10/1979.
Trabajo. Responsable de producción en la empresa Acciona Windpower (Barásoain). Es ingeniero industrial.
Familia. Casado con Nerea García, cronometradora de Primera División de fútbol sala. Son padres de Marta, de 5 años.
Trayectoria. Lleva 16 años arbitrando en Primera División. Ha arbitrado ocho partidos en finales de Liga, una final de Copa del Rey, dos finales de Copa de España y la final del play-off exprés de la temporada 19-20. Es árbitro de categoría élite a nivel internacional. Ha dirigido 55 partidos internacionales. Ha participado en el Europeo de 2022 arbitrando el Rusia-Polonia. Además, ha sido asistente en el Kazajistán-Ucrania, Países Bajos-Serbia y en la gran final entre Portugal y Rusia.