Así como empezó todo, grado a grado, la ola de calor que ha asfixiado a Bizkaia durante una semana larga, se ha ido disipando. En apenas diez minutos la temperatura llegó a bajar una docena de grados centígrados en la costa debido a la entrada de una galerna. Eso sí, la sensación de bochorno se mantendrá todavía en ambiente urbanos a consecuencia del calor almacenado en el asfalto, principalmente.
Además, la Dirección de Atención y Emergencias del Gobierno vasco mantendrá activado hasta mañana martes el semáforo rojo por riesgo de incendio. Eso sí, se da por finalizado de esta manera el segundo evento de temperaturas extremas que, en menos de un mes, ha afectado a la geografía vasca.
10Bizkaia no ha sido una excepción y desde el pasado 10 de julio se ha mantenido por encima de los 30 grados centígrados e incluso se ha llegado a superar la barrera de los 40 grados centígrados en los peores días, como sucedió ayer domingo en varios puntos del interior.
El punto y final a este evento meteorológico adverso llegaba al mediodía. Y como ya es habitual, las primeras noticias que confirmaban la entrada de esa refrescante galerna procedían de Punta Galea. Las mediciones de Euskalmet marcaron una bajada de 36 a 25 grados centígrados en 10 minutos debido a un cambio en la dirección del viento. Todo estos días había soplado sur -cuando corría viento- y este mediodía pasó a noroeste. Con la intensidad suficiente para refrigerar la atmósfera y el mercurio, tendencia que se mantendrá en días siguientes, con temperaturas más frescas, por encima de los 23 grados y con la posibilidad de que alguna llovizna sorprenda en las primeras horas del día de este martes y el miércoles.