Aunque no haya encierro, sigue siendo San Fermín y esta mañana unos pocos fieles, los valientes que habrían corrido delante de los astados, han vuelto a hacer acopio de valor también para lanzarle un par de cánticos al morenico y celebrar, a su manera, el primer no encierro de estos segundos no Sanfermines.
A las 7.55, puntuales, se ha entonado el himno habitual ante la imagen del santo. Sin tanto público como el de costumbre, sin cohete que marcara el inicio y sin seguro todos esos nervios a flor de piel. Se ha reunido un puñado de personas para poner en valor y compartir recuerdos, sensaciones, vivencias y, sobre todo, mucha nostalgia y devoción por el santo.
El recorrido del encierro, en la Curva de Mercaderes, a las 8 de esta mañana. Fotos: JAVIER BERGASA
La imagen de San Fermín, que tradicionalmente el 7 de julio se pasea entre vítores de miles de personas por las calles de Pamplona, se ha quedado este miércoles en su capilla y para los de casa en un inusual día del patrón, ya que la covid-19 ha suspendido las fiestas por segundo año consecutivo.
Sin actos oficiales convocados por el Ayuntamiento, al igual que el pasado año en este 2021 solo se mantienen las celebraciones religiosas, si bien son muchos los que se resisten a aceptar esta semana del 7 al 14 de julio sin fiestas, y en ello se han empeñado cientos de personas que anoche acudieron a los bares pamploneses hasta la hora de su cierre, las 01:00 horas por la pandemia.
Sin embargo, el horario se ha hecho corto para unas 600 personas que han continuado su particular celebración bajo el puente de El Vergel con un botellón que ha sido disuelto por la policía de madrugada, cuando todavía quedaban unas 200 personas congregadas a instancias de un organizador al que se le ha propuesto para una multa de 60.000 euros.
Además de esta y otras actuaciones puntuales, como el desalojo en algunos momentos de varias calles del Casco Viejo de Pamplona por un elevado número de personas, el balance de la primera jornada de lo que hubieran sido los sanfermines ha sido "muy positivo" para el alcalde, Enrique Maya, según ha dicho a los periodistas, ante quienes ha reconocido haber pasado ayer "un día muy malo" sin el tradicional txupinazo.
En la misma línea, la ciudad ha amanecido este 7 de julio con tristeza y un inusual silencio en las calles por las que debería haberse celebrado el primer encierro de los Sanfermines de 2021, pese a lo cual ha habido quienes no han querido faltar a su cita y a las ocho de la mañana se han acercado a la cuesta de Santo Domingo hasta la hornacina en la que se encuentra la imagen del santo.
Saludos y abrazos entre viejos conocidos, vestidos de blanco y rojo pese a la suspensión de las fiestas, se han sucedido en el entorno de una cuesta con más presencia, en algunos momentos, de medios de comunicación que de corredores.
La siguiente cita con San Fermín ha sido la misa en la capilla de la Iglesia de San Lorenzo que guarda su imagen, este año sin poder salir en procesión a recibir el homenaje de los miles de pamploneses que aguardan esta cita con emoción, aunque han sido varios cientos los que han completado el aforo de la iglesia previsto en pandemia y han asistido a la eucaristía.
Un rotundo "¡Viva San Fermín!" pronunciado por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, y respondido al unísono por los fieles, ha cerrado la misa a la que ha asistido a título personal el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, quien ha reiterado su "llamamiento a la responsabilidad" a la hora de las celebraciones estos días, aunque ha valorado el comportamiento de los pamploneses en esta primera jornada de lo que hubieran sido los sanfermines.
"Confío en que salgamos de los sanfermines con menos contagios que los que hay antes de las fiestas", ha dicho el alcalde precisamente en una jornada en la que se ha conocido que la tendencia de los últimos días va en descenso en cuanto a nuevos casos tras el brote detectado en navarros que habían pasado unos días de vacaciones en Salou.
Finalizada la misa, tampoco se ha suspendido otro de los actos que organiza el colectivo feminista Lunes Lilas cada 7 de julio en recuerdo de la joven Nagore Laffage, asesinada en los sanfermines de 2008, cuya madre ha estado arropada por decenas de personas que han exigido "justicia reparadora y no patriarcal".
En cualquier caso y pese a la suspensión de los actos oficiales de los sanfermines, han sido muchos los que han aprovechado el día laboral festivo en Pamplona para pasear por la ciudad o tomar el vermú en las terrazas, donde ha sido recurrente el color blanco en muchas indumentarias y también el pañuelo rojo al cuello identificativo de unas fiestas cuya cuenta atrás para el 2022 ya se marca en el calendario de la ciudadanía.