Desde hace unas semanas, Navarra cuenta con una
nueva ruta jacobea: la que une la Residencia de
El Vergel con la plaza del
Obradoiro. Cuatro residentes de este centro de mayores,
Txemi Corcuera (69 años), Rafael Echaide (80 años), Patxo Guerrero (71 años) y José Sanz (72), han cumplido el sueño de muchos y han completado los 737 kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago sin salir de su casa. Alguno de ellos, con más energía, terminó la ruta en apenas 4 semanas. Otros, a un ritmo constante de 5-6 kilómetros diarios, tardaron varios meses.
Una experiencia muy gratificante en la que las fisioterapeutas Patricia Azcona y Lorea Sanz han jugado un papel fundamental y que les ha permitido mejorar su bienestar físico y mental. Los cuatro tienen ya en su haber la Compostela, que acredita la realización del camino, su concha de vieira, símbolo de la ruta, y un cuadernillo personalizado que elaboró la peluquera de la residencia Silvia Garisoain, con ilustraciones de acuarela de varios puntos del Camino de Santiago.
Experiencia adaptada a cada peregrino
Las restricciones impuestas por la pandemia pusieron en alerta al equipo técnico de El Vergel. "Nos dimos cuenta de que para activar a los mayores teníamos que proponerles una actividad física concreta que les animase a caminar", ha explicado este mediodía la directora de la residencia Montse Equiza durante el acto de reconocimiento a los cuatro peregrinos. Inspirados por una actividad realizada en la Residencia Santo Domingo de Estella-Lizarra, el equipo planteó hacer el Camino de Santiago en el recinto del centro y medirlo con podómetros. "La residencia está dividida en unidades y pensamos en Salazar, donde están los residentes más autónomos. Se escogió, siempre planteándoselo primero a ellos, a unas personas con unas condiciones físicas y de salud adecuadas para esta experiencia, y cada uno escogió su estrategia y ritmo, de acuerdo con sus características", ha expuesto la fisioterapeuta Patricia Azcona.
Junto con su compañera Lorea Sanz, tomaban los podómetros de los cuatro peregrinos y contabilizaba el camino recorrido cada semana y calculaban en qué punto de la ruta jacobea se encontraba cada uno de ellos. "De esta forma ellos veían su progreso y les suponía un aliciente para salir a caminar", ha reconocido Azcona, quien ha añadido que esta iniciativa "no sólo ha supuesto un incentivo para hacer ejercicio físico sino que también ha sido muy enriquecedor en el plano mental. Nos servía para hablar de las localidades que se asomaban en el camino y ejercitar la memoria recordando experiencias pasadas".
José Sanz (residente), Patricia Azcona (fisioterapeuta), Montse Equiza (directora), Rafael Echaide (residente), la consejera Carmen Maeztu, Txemi Corcuera (residente) y Silvia Garísoain (peluquera y autora de los cuadernillos con las ilustraciones de acuarela)
Los pasillos del centro, los accesos a otras dependencias y por supuesto el amplio jardín de El Vergel fueron los escenarios reales de la particular ruta jacobea de los peregrinos Txemi, Rafael, José y Patxo. Sin embargo, esta experiencia les ha permitido salir, aunque sea con la mente, de la residencia e imaginar los bellos parajes que acompañan al Camino francés.
"Ha sido una experiencia muy bonita y agradable, que nos ha permitido hacer ejercicio físico de una forma más amena y lúdica", ha reconocido José Sanz, uno de los cuatro caminantes, que se mostró agradecido al centro por la iniciativa. "Salir a pasear costaba menos ya que teníamos un aliciente", ha afirmado. Su compañero Txemi Corcuera comenzó la ruta en noviembre y la completó el 5 de abril. "Ha sido una experiencia bonita pero muy dura. Cada día recorría unos 6 o 7 kilómetros y me he cansado mucho", ha asegurado este residente.
El más veterano de los cuatro, Rafael Echaide, con 80 años recién cumplidos, fue el primero en completar los 737 kilómetros. Su tesón le permitió llegar a Santiago en cuatro semanas. "De lo que más orgulloso me siento es del día que hice 27 kilómetros. El día que menos recorrí 12", ha explicado. Por su parte, el pamplonés Patxo Guerrero, la primera persona en recibir la vacuna contra la covid-19 en Navarra, ha relatado que "cuando Patricia me planteó la idea de hacer el Camino no me lo pensé dos veces. No puedo parar quieto y durante el confinamiento lo he pasado muy mal". La experiencia le resultó tan maravillosa que no descarta hacer el Jacobeo real. "Me gustaría poder hacer el Camino en septiembre. Es el proyecto que tengo en mente", ha contado emocionado.
Punto de partida para nuevas actividades
Aprovechando el Año Jacobeo, el centro ha querido celebrar un acto de reconocimiento a los cuatro peregrinos, al que ha acudido la consejera de Derechos Sociales Carmen Maeztu. "Habéis demostrado que a veces la imaginación y las ganas permiten sacar adelante proyectos tan hermosos y útiles como éste", ha afirmado. Durante el acto, los peregrinos han recibido un cuadernillo personalizado con ilustraciones de acuarelas de distintos puntos del camino elaborado por la peluquera del centro Silvia Garisoain.
Dado el impacto que la actividad ha tenido en el bienestar físico y emocional de los cuatro peregrinos, "mayor de la que preveíamos", el equipo de El Vergel cree que "ser un punto de partida para otras actividades motivadoras, con objetivos y que lleven a los y las residentes a tener un aliciente diario para sentirse mejor".