En la década de los años cincuenta, Antonio Juan comenzó a trabajar en el horno familiar, situado en pleno centro de la localidad de Villalonga (Valencia). Lo hizo, en parte, “por obligación, para ganarse la vida” tras un par de proyectos emprendedores que no fructificaron. Sin embargo, este trabajo no deseado desencadenó en la creación de una panificadora – se fundó en 1952-, que proveyó pan a varios negocios de la comarca.
70 años después, Vicky Foods – nombre actual de la compañía - produce 192.500 toneladas de producto al año, bajo sus marcas Dulcesol, Be Plus y Hermanos Juan; con una facturación anual de 405 millones de euros en 2021 y dando trabajo a 2.653 personas.
“Mi padre era un emprendedor -, confiesa Rafael Juan, CEO de Vicky Foods-. En la posguerra, el pan era un producto de primera necesidad y aprovechó una oportunidad de mercado, junto con otros horneros de la comarca, en un momento en el que su venta funcionaba bajo el modelo de monopolio en la comarca”.
Con la constitución de la panificadora, comenzaron a repartir el pan por todos los hornos de la comarca: “se convirtieron en despachos de pan, sin la necesidad de trabajar por las noches”.
Rafael Juan, CEO de Vicky Foods, repasa la historia de la empresa coincidiendo con su 70 aniversario. ED
El amor que hizo crecer el negocio
Con el negocio viento en popa, Victoria – la mujer de Antonio – se incorporó al negocio para aportar su trabajo, dedicación y los valores que han quedado “impregnados en nuestra cultura” y sobre “los que seguimos trabajando en la actualidad”, es decir, “producir productos de primera calidad a precios muy competitivos”.
Ella fue la artífice, además, de ampliar el negocio con la introducción de los productos de pastelería, “mucho más fáciles de conservar que el pan”. Comenzó la producción de palmeritas, bizcochos y bollos y, con ellos, Vicky Foods traspasó las fronteras comarcales para distribuir sus productos por toda España.
Sin embargo, el salto definitivo llegaría con la salida al mercado de las magdalenas “Glorias”; un producto que revolucionó el mercado, por su forma cuadrada – “las primeras del mercado” – y “su excelente calidad”.
Desde entonces, las novedades en su catálogo de productos han sido una constante: “no hemos parado de desarrollar nuevas creaciones”, reconoce Juan. En los años 80, llegaron los pandorinos; en los 90, la ampliación de toda la gama de pastelería; y, ya entrado el siglo XXI, aterrizaron en el mercado de la alimentación infantil con la marca Be Plus.
La innovación, la base de Vicky Foods
A lo largo de sus 70 años de historia, Vicky Foods se ha sustentado en la innovación: “ha sido nuestra principal palanca de crecimiento”, explica el CEO.
Innovar no solo en los productos, sino también en el resto de la organización y procesos como, por ejemplo, en la red de distribución; la que hace posible que “nuestros productos y marcas lleguen a nuestros consumidores”.
“Nuestro propósito es innovar para alimentar un mundo mejor -, relata Rafael Juan-. Es el eje de nuestra estrategia de crecimiento para los próximos años”.
Innovar, pero siempre con responsabilidad social. Por eso, uno de los pilares estratégicos de Vicky Foods es la sostenibilidad: “al final, nuestra actividad – tanto productiva como de distribución – tiene un impacto muy importante en nuestra sociedad”. Por eso, el CEO reconoce que la sostenibilidad ha pasado a situarse en el centro de su estrategia con una triple visión: las personas, el medio ambiente y la innovación.
El salto internacional
En los años 60, Vicky Foods dio el salto nacional; y en 2009, el gran impulso internacional. Un año antes, se produjo la creación del Consejo de Administración, con participación de consejeros externos, quienes aportaron “la apuesta por la diversificación de una manera mucho más amplia”.
A lo largo de los últimos 15 años, el proceso de internacionalización ha continuado adelante con la apertura de un centro de producción en Argelia (2014) y la incorporación de la tercera generación en la compañía. “Estoy muy orgulloso de que, desde hace cuatro años, mis hijos participen activamente del negocio que emprendió su abuelo”, confiesa el CEO de Vicky Foods.
La internalización de Vicky Foods se refrenda, ante todo, en cifras. En el año 2008, su volumen de ventas fuera de España representaba menos del 2 % del total; en la actualidad, supone más del 22%.
Mucho más que un negocio
Según Rafael Juan, “las personas tienen un papel muy importante en Vicky Foods; no solo pensando hacia dentro de la empresa, sino hacia el resto de la sociedad”.
Bajo esta premisa, en el año 2020, la compañía creó la fundación Vicky Foods con el objetivo de “desarrollar actividades fuera del ámbito de negocio”. Entre otras iniciativas, la fundación ha llevado a cabo la creación del Campus Musical, con fines benéficos, que está preparando su tercera edición; o el premio de investigación en materia de nutrición, con el que pretenden “transmitir nuestro interés en la mejora de todo lo relacionado con el mundo de la alimentación”.