Desde Biteri hasta la Herriko plaza, Arrasate se transformó ayer en una pasarela de ingenio, coloristas y desenfadadas vestimentas y, sobre todo, mucha diversión. Dos años sin Carnaval agudizaron las ganas de fiesta entre las cuadrillas de todas las edades, que se dejaron contagiar por la sana locura de unas celebraciones que volvieron a llenar de alegría y humor las calles. La villa cerrajera se colgó el disfraz: desde los más clásicos hasta los más ocurrentes, pasando por personajes de cuentos y películas, sin faltar los guiños irónicos a la actualidad.
De hecho, los magistrados de la Audiencia Nacional se colaron en los Aratusteak de Arrasate para pronunciar el pregón que inauguró el programa festivo. Pasadas la una del mediodía, el casposo Torrente se sumaba al desfile de Eskoriatza, que también lanzó mensajes de paz y no a la guerra, bailó rock and roll y participó en una batida de jabalí.
Mientras tanto, el conde, la condesa, el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola y su monaguillo, el oso y el domador, los verdugos… daban cuerpo a la mascarada oñatiarra, que congregó a más de 400 personas en la comparsa popular que recaló en cada rincón del municipio. Bailes, protagonistas, vestuario y escenografía marcan el compás de un Carnaval con identidad propia que año tras año pisa con más fuerza. Y de Oñatiko Inauteriak a Antzuola, donde las celebraciones se dejaron sentir a ritmo de Sorgin dantza y otros atractivos, aderezados con el buen tiempo, al igual que en Bergara y Leintz Gatzaga.
Hoy será el turno de Aretxabaleta, el Carnaval con más tirón de Debagoiena, que regresa con todos sus ingredientes y el mejor aliado: las ganas de fiesta. El desfile de las cuadrillas, que comenzará a las 12.00 horas, desatará una intensa y larga jornada.