Por una mera cuestión de prudencia, conviene coger con pinzas los datos salidos de la pretemporada. La información obtenida de los amistosos no suele ser concluyente, sobre todo si hay un nuevo entrenador en el cargo que mientras aterriza y se pone al día procura articular soluciones distintas, modificaciones respecto a la dinámica previa del equipo. Este sería el caso de Ernesto Valverde, a quien no se podrá tachar de inmovilista a tenor de las decisiones que ha intercalado en las pruebas realizadas por el Athletic entre julio y agosto.
Uno de los aspectos donde más ha incidido se refiere a la construcción del juego y a la culminación del mismo. Las variaciones en los puestos de medio campo hacia adelante han sido múltiples, lo cual obedecería a que las cifras goleadoras de campañas precedentes se han revelado insuficientes para aspirar a las metas propuestas. El Athletic ha visto cerradas a cal y canto las puertas de Europa en el último lustro en gran medida a causa del pobre balance rematador en dicho período. Ahora, que por enésima vez se reconoce que el objetivo prioritario no es sino acceder a competición continental, más que lógico se antoja necesario, urgente, poner especial énfasis en elevar el índice de acierto.
Siendo una tarea que exige la implicación del grupo al completo, no es menos cierto que los hombres que más pisan área o zonas próximas son los principales encargados de responder al citado reto. Y de ellos, quien asume una cuota superior de responsabilidad, al menos en teoría, es el delantero centro. Cuatro han sido los arietes que ha alternado el técnico, otorgándoles una cuota de participación similar pese a que haya mediado algún contratiempo físico (Raúl García) y que en ocasiones ocupasen una demarcación distinta (Raúl García, Guruzeta e Iñaki Williams).
Villalibre es quien más tiempo ha ejercido de avanzadilla con 264 minutos que ha exprimido a fondo. Si su función está vinculada a la resolución en los metros de la verdad, no queda otra que concederle nota alta. Los cinco balones que ha alojado en las redes rivales, casi tantos como el resto de sus compañeros juntos, avalarían de forma rotunda su candidatura a la titularidad. Pero la cosa no parece tan sencilla.
Valverde empezó con Iñaki Williams, el punta habitual en anteriores ejercicios, luego probó con Raúl García y a continuación fue el turno de Guruzeta. Al primero no tardó en recolocarle como extremo derecho, mientras que los otros dos asumieron el rol de media punta o segundo delantero. Villalibre fue el recurso para las segundas partes durante la concentración en Alemania. Frente al Newcastle, encuentro considerado como un ensayo general, empezó Iñaki Williams, quien luego pasó a la banda, y acabó Raúl García.
Al día siguiente, contra el Mirandés, tuvo Valverde que echar mano de quienes no pisaron Saint James Park y actuó Villalibre con Guruzeta a su espalda. En el reñido derbi con la Real, el Athletic compareció con un bloque que perfectamente podría ser el que inaugurase la liga: Raúl García arriba e Iñaki Williams por la derecha, Villalibre tuvo ocho minutos y Guruzeta quedó inédito. Y sin que transcurriesen 24 horas, ante el Alavés en Lezama, se repitió la combinación de Miranda en el ataque.
El escalafón
De todo ello cabe deducir que Williams y Raúl García parten con ventaja en las preferencias del técnico. Ello no quita para que esté abierto a poner de extremo a Williams cuando lo crea oportuno. Una idea ya aplicada en su segunda etapa en el banquillo de San Mamés y que hoy se interpretaría como un reconocimiento explícito de que, pese a los años que ha consumido como ariete, Iñaki carece de los recursos y el instinto precisos para erigirse en el hombre-gol del Athletic. Más allá de cuál sea la opinión de Valverde sobre el tema, pesa demasiado la elocuencia de los números de cara a portería que adornan la trayectoria del 9.
Por su parte, Raúl García lleva dos cursos alejado de los registros que hicieron de él una pieza indispensable, tanto formando dúo con Aduriz como tras la despedida del guipuzcoano. Su condición de consumado rematador no está a prueba, mantiene el colmillo afilado y de oficio va sobrado, pero ha cumplido 36 años y su pujanza física se ha ido resintiendo. Pretender que sea la primera opción en un calendario que superará los 40 compromisos, parece poco realista.
De momento, poco que comentar sobre Guruzeta. Destacó en Segunda, pero ni siquiera es un delantero nato y tiene pinta de que le costará disponer de minutos. Una enorme incógnita planea sobre Villalibre. Sin continuidad malamente podrá demostrar si es capaz de confirmar lo que apunta, por ejemplo este verano o hace un par de años, cuando intervenir a ratos le dio para firmar seis goles. El lunes, de confirmarse la indisponibilidad del renqueante Raúl García, se verá si el de Gernika ha de resignarse al segundo plano y se insiste en apostar por Iñaki Williams. El debate permanece abierto.
Designación arbitral
Ante el mallorca, un debutante
l Javier Iglesias Villanueva. Ya se conocen los árbitros que dirigirán los partidos de la primera jornada de LaLiga, que comienza esta noche en El Sadar con el duelo entre Osasuna y Sevilla. Y al Athletic-Mallorca le ha tocado un debutante en la máxima categoría. Javier Iglesias Villanueva será el encargado de impartir justicia sobre el césped de San Mamés el lunes, una cita que seguro que no se le olvidará al gallego, que a sus 39 años ha dado el salto este curso a LaLiga Santander. El nombre del colegiado puede resultar conocido para los aficionados al fútbol, pero no hay que confundirle con su hermano Ignacio, ya retirado, que también árbitro en Primera División y que ahora es uno de los ayudantes desde el VAR. Precisamente, en la sala de videoarbitraje en ‘La Catedral’ estará Gil Manzano.