Comienza una nueva era para la Euroliga. Tras 22 años de mandato de Jordi Bertomeu, el serbio Dejan Bodiroga se convertirá a partir de hoy en el máximo dirigente de la Euroliga. De esta forma, se pondrá fin a los meses de transición en los que Bertomeu ha seguido ejerciendo como CEO a pesar de la decisión de los clubes propietarios de destituirlo el pasado mes de mayo con la oposición, eso sí, del Baskonia, el Real Madrid, el Barcelona, el Anadolu Efes y el Fenerbahce.
Los propietarios del torneo –los cinco citados más Olympiacos, Panathinaikos, Armani Milán, Maccabi, Zalgiris y CSKA–, realizarán hoy una votación para, según informa el portal Eurohoops, ratificar el nombramiento de Bodiroga como presidente de la Euroliga y de Marshall Glickman como CEO interino. Cabe recordar que los tres equipos españoles han respaldado a Bertomeu hasta el final e incluso llegaron a firmar un comunicado junto a los turcos pidiendo que quedara invalidada la destitución del directivo catalán.
En cualquier caso, parece que ahora solo queda resignarse y aceptar que el serbio, que ya se ha reunido con todos los clubes y otros accionistas para unificar su visión, será el nuevo máximo mandatario. Bodiroga fue vicepresidente de la Federación Serbia de Baloncesto entre 2011 y 2015 y cuenta con excelentes relaciones con clubes de todo el continente y con la FIBA a raíz tanto de su etapa de directivo como de jugador, en la que fue campeón de Europa con el Panathinaikos y el Barça.
Glickman, que fue consultor de la Euroliga y trabajó junto a Bertomeu en algunos proyectos comerciales y empresariales, se centrará en el aspecto económico de la organización, mientras que Bodiroga, que se presenta como una figura que puede ayudar a tender puentes con la FIBA y otras organizaciones, se encargará de que la competición crezca en el ámbito deportivo.